Apelar a la tradición se ha vuelto la excusa favorita de quienes defienden prácticas cuestionables contra los animales. Así como con la tauromaquia, la crueldad se justifica bajo el manto de la costumbre. Lo que sorprende es que este argumento sea utilizado por quienes deberían defender la vida natural; como el procurador de protección al medio ambiente en México, Guillermo Haro, quien está a favor de los circos con animales.
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En medio de un contexto en el que cada vez más ciudades y entidades del país se ponen del lado del respeto a los animales, el procurador Haro dice que los circos que explotan a las criaturas son “una tradición milenaria” y que es imposible regresar a los animales de las carpas a su hábitat natural, ya que significa condenarlos a muerte.
Para Haro, la solución está en medidas mucho más estrictas para la posesión de animales en los circos. Claro, estamos hablando de la misma dependencia que avaló que un zoológico en Morelia le vendiera cinco especies amenazadas a un circo.
Lo que el procurador pierde de vista es que los circos fomentan la venta ilegal de especies, esa que condenan tanto en los comerciales de TV, pero que en la realidad permiten y justifican. Muchos de los animales que llegan a las carpas han sido sustraídos ilegalmente de su entorno o han sido adquiridos por métodos cuestionables, como denuncia el portal Sin Embargo:
Cuando los animales provienen del comercio ilegal, son capturados por cazadores furtivos, que secuestran a las crías tras matar a parte de su grupo familiar. Estos indefensos animales deben soportar el maltrato desde su captura, hasta las condiciones de transporte en que viajan cientos y miles de kilómetros hasta llegar a su destino final, que si no es la muerte en la ruta, es el confinamiento de por vida en el circo.
Mientras que los legisladores quieren pasar una ley que evite la explotación animal en los circos, al procurador Haro le parece bien que se lucre con la vida de especies amenazadas con tal de no terminar con una “tradición”. Dolorosa declaración, más cuando proviene de la autoridad que debería velar por el bien de la naturaleza, no del comercio.
Fuente: “No podemos terminar con una tradición milenaria”; titular de la Profepa, a favor de circos con animales (La Jornada de Oriente)
