Jamás los egipcios y romanos hubiesen pensado en que sus fuertes imperios se acabarían, o los patriarcas imaginado que el notable poder del imperio turco-otomano, o el de la monarquía rusa llegarían a su fin. Pero como dice la canción “todo termina”, lo triste es que, siguiendo las citas musicales “todo lo que termina, termina mal” (según Calamaro) y el Apocalípsis comienza a escapar de la literatura fantástica para hacerse realidad.
La NASA afirma que “el desgaste de los recursos debido a la tensión puesta sobre la capacidad de carga ecológica” y “la estratificación económica de la sociedad en ricos y pobres”, son las razones que han jugado “un papel central en el carácter o en el proceso del colapso en los últimos cinco mil años”.
El estudio “humanos y la naturaleza dinámica”, más conocido como Handy, dirigido por el matemático Safa Motesharrei, tomó en cuenta los factores asociados a la población, clima, agua, agricultura y energía para concluir en que la civilización industrial global pueda colapsar en los próximos decenios debido a la explotación insostenible de los recursos y la distribución de la riqueza cada vez más desigual.
GAME OVER
¿Karl Marx es el profeta de los últimos tiempos? Al fragor de los hechos todo indica que sí, dado a que no es el único estudio que plantea el fin del capitalismo por la vaticinada “Producción crónica y general”, que en clave marxista sucede cuando sin responder a una demanda verdadera, se continúa elevando la oferta, generando una sobre explotación de los recursos naturales estratégicos. Todo lo anterior a causa de que los Estados, funcionan para permitir el avance del imperio del capital por medio de las legislaciones, que privatizan y concentran todas las riquezas causando una crisis a nivel global.
Esto queda de manifiesto en el Átlas Global de Justicia Ambiental, donde se evidencia el colapso planetario que ya nos sumerge en una época crítica, plagada de conflictos medio ambientales y desequilibrios en las fuerzas, lo que mantiene la denominada “lucha de clases” producida por la acumulación de poder en un sector minoritario que abusa de sus privilegios perjudicando a las mayorías, así como a sus ecosistemas.
Esto también puede ser corroborado mediante el informe de la OCDE , que revela que el país que tienen más pobres son Israel (20,9% del total), México (20,4%), Turquía (19,3%), Chile (18%), Estados Unidos (17,4%), justamente naciones que producen fortunas individuales monstruosas.
Sumado a estos antecedentes recientes, tenemos los informes realizados en 2012 y 2013. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) elaboró el informe GEO-5, que alarmó sobre las alteraciones que provoca la actividad humana sobre ecosistemas causando cambios “sin precedentes abruptos e irreversibles”, que desencadenará la “sexta extinción”.
También tenemos datos elaborados por WWF, en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres y la Red Global de la Huella Ecológica y la Agencia Espacial Europea (ESA) que afirman que en poco menos de 40 años han disminuido los ecosistemas en 30%, afectando a 9.000 poblaciones de más de 2.600 especies. Además la biodiversidad tropical se ha mermado en un 60%.
Ya sabes lo que te toca como ciudadano, trabajar por un cambio de paradigma en el pensamiento humano, ser un agente de cambio cultural, en donde el centro no esté en lo económico per se, sino en el desarrollo sustentable y participativo, donde las comunidades tengan una calidad de vida que permita el equilibrio del ecosistema. Trasladar el antropocentrismo capitalista a un ecocentrismo conciente y social es la clave de nuestra salvación.
Fuente: Nasa-funded study: industrial civilisation headed for ‘irreversible collapse’?