¡Hablemos sobre el agua! Este precioso líquido vital, que con el paso del tiempo se nos está yendo de las manos — como la caricia del agua corriente cuando tenemos el grifo abierto.
El agua cubre el 71% de nuestra corteza terrestre. Sólo el 2.8% se trata de agua dulce, repartida en ríos, lagos, en diferentes ecosistemas; se calcula que un 90% de esta agua se encuentra en los glaciares. De toda esa riqueza líquida, sólo el 1% es apta para consumo humano.
Estos datos críticos no terminan ahí. Mientras que algunos vivimos en ciudades con un recurso garantizado — aún con pequeños detalles de desabasto o inundación —, en otras partes del mundo hay personas que no tienen acceso al agua.
En 2010 se dieron a conocer los siguientes números:
- 884 millones de personas no tienen acceso a agua potable de calidad.
- 2.6 millones de personas carecen de instalaciones sanitarias básicas.
- 2 millones de personas mueren al año a causa de esto.
Desde 1994, el 22 de marzo es reconocido como el Día Mundial del Agua —nombrado así por la Organización de las Naciones Unidas—. Esta fecha surge precisamente para recordarnos lo valioso que es este recurso, mismo que muchos lo damos por hecho.
Desafortunadamente, al no valorar este líquido vital, aquellos que tenemos la fortuna de disfrutar este derecho humano lo desperdiciamos con cada decisión que tomamos, con cada actividad: una ducha, cuando dejas corriendo el agua para “que se caliente”; el lavado de trastes con una cantidad generosa de detergente; regar el jardín a medio día; usar jeans; consumir carne. Toda actividad tiene una huella hídrica.
Seamos sinceros, ¿cuánta agua gastamos?
Nuestro impacto hídrico está relacionado, no sólo al agua que consumimos de manera directa; ¡debemos ser conscientes de nuestro consumo indirecto!
Hace unos meses les platicaba sobre seguridad hídrica; recordemos que…
De acuerdo con la Asociación Mundial para el Agua (GWP, por sus siglas en inglés), la seguridad hídrica integra la gestión de recursos hídricos, en todos los sectores: agricultura, turismo, industria, finanzas, planificación, educación, salud, energía, tecnología, moda, entretenimiento, arte. En resumen, todas las actividades; hasta este texto tiene su implicación hídrica.
Este término, en realidad, se implementa en estudios que buscan una correcta gestión del preciado líquido. Sin embargo, es un buen ejercicio conocer todo este impacto en nuestras acciones diarias. ¿Para qué? Precisamente para tomar decisiones conscientes de ahorro de agua.
A continuación, comparto algunas recomendaciones para ahorrar y cuidar el agua en el día a día.
Alimentación consciente
- Reduce consumo de carne industrializada. En una granja industrializada, producir un kilo de bistec requiere 15.500 litros de agua. No les pido que se conviertan en veganos, ni mucho menos. Sólo considera que sólo con participar en el #LunesSinCarne, es de beneficio al planeta, a los seres vivos, a la humanidad. Puedes comenzar con un día a la semana; después, dos… así consecutivamente.
- Consume local, directo del productor. La industrialización de alimentos ocupa recursos en gran medida. Por cuestiones de estética, calidad, una buena cantidad de producción se considera inservible. ¿Sabías que esas hermosas zanahorias no son normales? Además, sumemos la cantidad de plaguicidas, pesticidas, ceras y químicos que se agrega a la fruta y la verdura contamina aún más nuestros recursos. Acudir con un productor local, conocido y recomendado, reduce nuestra huella hídrica en el consumo.
- Elige productores con sistemas hidropónicos. Como el caso de Gotham Greens nos muestra, existen sistemas hidropónicos que aprovechan al máximo el H2O. En México, SAGARPA ha apostado a un proyecto de forraje hidropónico que tiene la misma función. Además de ser cultivados son pesticidas, se puede considerar como una forma consciente de producción, que reduce la huella hídrica.
Higiene personal responsable con el agua
- Cepillado corporal en seco. En Ayurveda existe una práctica de masaje en seco y masaje con aceites, que resulta una maravilla para la piel y para el planeta. Sólo necesitas un cepillo de cerdas naturales, un aceite base —ajonjolí, coco, almendras, oliva— y un aceite esencial —menta, lavanda, hierbabuena, canela. Antes de tu ducha matutina, cepilla todo tu cuerpo en seco para retirar las células muertas. Al terminar, sacude bien cualquier resto. Toma en la palma de tu mano el aceite base y agrega dos gotas del aceite esencial de tu elección; mezcla y frota en todo tu cuerpo. El siguiente paso, toma una ducha en menos de 5 minutos. Es posible. No necesitas más que enjabonar las partes necesarias — áxilas y zona intima—. ¡Listo! Además de ahorrar agua, tu piel se desintoxica diario. Una maravilla.
- Cambia de shampoo y jabón, ¡contiene químicos contaminantes! Los parabenos y el dodecilsulfato dañan la vida acuática y quedan en el líquido. Además alteran el cuero cabelludo, la piel y hasta pueden causar irritaciones. Puedes sustituir el uso de shampoo y jabón comercial con marcas artesanales —igual, valdría la pena investigar el origen del producto—. Si quieres algo más radical, sólo necesitas la siguiente fórmula: una parte de bicarbonato de sodio y tres partes de agua — aplica como si fuera tu shampoo, obvio, no saca espuma—; como acondicionador, utiliza 1 parte de vinagre blanco o de manzana y cuatro partes de agua. Al principio cuesta trabajo acostumbrarse, pero a la semana tu cabello lo agradecerá. Claro, no más contaminación excesiva del agua.
- Lava tus dientes con respeto al agua. Una clásica recomendación al lavarse los dientes es usar sólo un vaso de agua. Además de este importante hábito, elige bien tu pasta dental. Por lo regular, las marcas comerciales contienen químicos que ni siquiera deben entrar a nuestra boca; sustancias como amoniaco, etanol, fluoruros. En su lugar, puedes elegir pastas dentales naturales y orgánicas o, bien, preparar tu pasta dental casera.
- Rasúrate sin contaminar. Podemos evitar el uso de químicos al máximo, hasta en una crema para rasurar casera. Sólo necesitas mantequilla de karité, aceite de coco, aceite de almendras, aceite esencial de tu elección. Esta mezcla, además, te ayudará a tener una piel hermosa. En internet se puede encontrar varias recetas igual de sencillas, económicas y amigables con el agua, con el ambiente. Recuerda cerrar el grifo en todo el proceso y utilizar agua sólo cuando sea necesario.
- Los ahorradores siempre son buenos. Otra opción clásica e indispensable. Colocar ahorradores en regaderas y grifos ayudan a ahorrar hasta un 50% de tu consumo —también todo depende del modelo en cuestión—. Al comprar tus ahorradores, compara marcas, precios y efectividad; sirve investigar en internet, reseñas y comentarios de usuarios.
Uso de detergentes y limpiadores
- Jabón de castilla. Hace muy poco descubrí que todos los productos de limpieza se pueden sustituir con uno solo: jabón de castilla. Hecho con aceites naturales de oliva, puede ser usado como: jabón de manos, líquido para trapear, detergente para ropa, limpiador multiusos, limpiador de inodoros, limpiador de ventanas, como jabón para lavaplatos. Este es el Windex original y natural de My Big Fat Greek Wedding.
- Productos con ingredientes naturales. En tiendas orgánicas, ecológicas y sustentables puedes encontrar productos de limpieza hechos a base de aceites esenciales, todo natural y libre de tóxicos. Recién compré un detergente multiusos a base de romero que deja todo impecable y, además, un agradable olor en todo el hogar. Si no quieres comprar, también puedes preparar tus productos de limpieza con elementos como limón, aceite esencial de árbol de té y lavanda. El agua te lo agradecerá.
¡Cuidado! Elige bien lo que vistes y calzas
- Evita los jeans. Por desgracia, la producción de jeans es lo peor que le puede pasar a un río o cualquier cuerpo de agua. Greenpeace lo señala en su campaña Detox, que señala a las marcas de ropa que libera tóxicos al agua. A la hora de comprar, seamos conscientes de la contaminación generada por un par de jeans en el río (Atoyac, por mencionar alguno).
- Sí, hasta los zapatos cuentan. ¿Sabías que producir cada par de zapatos gasta en promedio 8 mil litros de agua? Y, una playera de algodón, ¿otros 4.1 mil litros? Sí, hasta eso impacta en el agua. Sólo queda comprar lo necesario y, siempre, buscando marcas y diseñadores que sean responsables con el ambiente. Si te cuesta trabajo concebir la existencia sólo con las prendas necesarias, puedes revisar programas como el Proyecto 333 — aprendes a vivir 3 meses con sólo 33 artículos de vestir que incluye zapatos, bolsos, suéteres, todo. Una vestimenta consciente, también puede ayudar al agua.
Lavado de automóvil amigable con el agua
- La cubeta es tu mejor amiga. ¡Evita la manguera! Si te encargas personalmente del lavado de tu coche, mejor utiliza una cubeta para ir midiendo el agua; con un uso racionado te darás cuenta cuales son las fugas y tendrás idea de como emplear mejor el líquido durante el lavado. Así mismo recomendamos usar productos naturales, en la medida de lo posible — esto para no contaminar el suelo y el agua que se acumula.
- Busca lavados ecológicos. Debido a esta conciencia colectiva que, poco a poco, se va generando, surgen distintas alternativas de lavadados ecológicos. Aquí les platicamos del caso en Singapur, donde se creó un sistema de lavado sin usar una gota de agua. En Chile está el caso de Eco Clean Car que ahorra un promedio de 200 litros por coche. En México se puede encontrar establecimientos de limpieza con productos biodegradables a partir de aceites naturales, que usan un mínimo de agua por coche — sólo para llantas y salpicaderas. Así van surgiendo, y seguro pronto encontrarás uno cerca a tu hogar. Claro, la mejor opción es andar en bici. 😉
Lluvia y reutilización de agua
- Sistema de captación pluvial. Puede ser desde lo más sencillo y práctico, hasta lo más complejo — con planos, rediseño, construcción —. ¿No puedes hacer la inversión? Pensemos desde cubetas (viéndonos muy austeros), pasando por los tanques de almacenamiento que se pueden instalar sin modificar estructura, hasta un sistema más complejo. Hay varias posibilidades de acuerdo a nuestro bolsillo y alcance. Se trata de aprovechar aunque sea unos litros. Cada gota cuenta.
- Apostar a la bioconstrucción y casas sustentables. ¿Buscas casa?, ¿quieres construir una? Elegir la bioconstrucción es lo mejor que puedes hacer para el agua y el medio ambiente en general. Una de las ramas de esta técnica se dedica a la gestión de recursos específicos. En el caso del agua, se considera: sistemas de ahorro del líquido; el tratamiento del agua, su captación, su acumulación, su uso, su depuración, su reutilización y su retorno al medio natural. Es indispensable la separación de aguas grises y aguas negras, para su correcta distribución y tratamiento para aprovechar el recurso al máximo.
En conclusión, cuando hablamos de agua debemos considerar las acciones —por más mínimas que parezcan— para ahorrar, cuidar y aprovechar al máximo el recurso.
Aquí sugerimos algunas hábitos y elecciones que nos harán respetar este líquido vital, uno de los elementos que equilibran a nuestro planeta. La intención es reflexionar sobre nuestras acciones y las consecuencias directas e indirectas. Con el tiempo podremos adquirir nuevos y mejores hábitos.
Los invito a compartir consejos en familia, en comunidad, para que juntos hagamos una cultura de sustentabilidad y respeto a este recurso natural.