Tiene lógica que las verduras que vienen con raíces y los bulbos vuelvan a crecer, así es como funciona la naturaleza, aunque solemos olvidarlo y descartar automáticamente hacia el contenedor de basura orgánica. Si además de la cocina disfrutas de la jardinería, pon en práctica estas técnicas para obtener siempre los ingredientes más frescos en tu propio patio.
Nivel 1: sólo agregue agua
Algunas de las cosas en tu cocina solamente necesitan un poco de agua para volver a crecer. Es el caso de ajos, cebollas cambray, lechuga, zanahorias y albahaca.
Pela un diente de ajo y coloca con la punta hacia arriba en un vasito tequilero con un poco de agua. El tallo que crece es comestible, ideal para aderezar ensaladas sin el sabor tan fuerte del bulbo.Para las cebollitas usa la misma técnica, con el pedacito de raíz que le quitaste antes de cocinar.
Las cabezas de zanahoria en un plato con agua echarán brotes ideales para aderezar caldos, el fondo de una lechuga echará otra lechuga y los tallos de albahaca, raíces. ¡Así que no tires nada de esto!
Nivel 2: (casi) sólo agregue tierra
Para volver a plantar un apio, deja el fondo tres días en agua para que saque raíces y crezca un poco. Pásalo a una maceta con tierra dejando que sobresalga la parte que creció hacia arriba.
Para una cebolla, corta el botón dejando lo más posible de “carne” arriba (unos dos centímetros). Deja que se seque en la sombra durante tres días y luego planta en una maceta con tierra. Comenzará a crecer en unas tres semanas.