Aceptémoslo. Aunque los insectos son parte de la naturaleza y tienen su muy valioso lugar en ella, no es agradable sentir sus piquetes. Pero las opciones de repelentes que existen en el mercado no nos satisfacen debido a su contenido de ingredientes dañinos para la salud y para el entorno.
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Este era el caso del matrimonio de los mexicanos Margarita Ferrer y Miguel Ángel Pérez. En 2011, viviendo en Campeche, un lugar caluroso, húmedo y rodeado de selva, buscaban – sin éxito – un repelente de insectos que no lastimara la piel de sus hijas de 3 y 4 años de edad.
El fracaso de su búsqueda los llevó a un camino inesperado. Con el conocimiento que Miguel Ángel tenía sobre plantas, ambos experimentaron con distintas hierbas, aceites esenciales y aloe vera. Inventaron su propio repelente natural, que además cuidaba y reparaba la piel, tenía un olor agradable, y reducía la inflamación y comezón de la piel lastimada.
Los beneficios de tal invento eran disfrutados solamente por la familia y amigos de Margarita y Miguel. Pero al ser parte de una familia de comerciantes, en una comida surgió la idea de comercializarlo, cuenta Margarita.
Después de realizar estudios de mercado, hacer un plan de negocio y desarrollar el diseño y estructura administrativa, nació Selva Maya. Para seguir adelante con su idea y poder crear su propia empresa, obtuvieron parte de la inversión inicial de fondos gubernamentales.
Además, para comprobar que es amigable con la salud y el medio ambiente, el repelente fue avalado por estudios hipoalergénicos y de biodegradabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El proceso de comercialización del repelente incluye el cultivo del Neem hindú, la planta base de éste y la mezcla con otros ingredientes, y su embotellado. Antes de distribuir el repelente a los diferentes puntos de venta, como bazares, hoteles y tiendas, Margarita comprueba de forma personal la calidad del producto y que se empaque sea adecuado,
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En los tres años de vida de Selva Maya, se han creado dos tipos de repelente: uno para actividades acuáticas, y el Safari, más fuerte pues es útil para actividades terrestres. Sus ventas ascienden 10,000 unidades por año, pero el objetivo de los emprendedores es venderlo en la Riviera Maya, Veracruz y ecoboutiques en todo el país.
Fuente: Selva Maya, repelente que atrae negocios (CNN Expansion)