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Juego de pelota prehispánico, un patrimonio violentado

Hace cuatro años el gobierno del DF cerró el único espacio que había para practicar un juego fundamental en la cosmovisión indígena.

Cuando nos hablan de la violación al patrimonio cultural, nos imaginamos la destrucción de un edificio o reserva natural. Sin embargo, hay otras formas de transgreder elementos culturales que son esenciales en la cosmovisión de una comunidad. Qué me dicen de la comida, el lenguaje, danzas, deportes… El patrimonio intangible al igual que los inmuebles, forman parte fundamental de la vida de una persona, y por lo mismo deben ser conservados.

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Hace 4 años, la Comisión de Derechos Humanos, recomendó al Gobierno de la Ciudad de México, rehabilitar los espacios para el juego de pelota prehispánico, y hasta la fecha siguen sin responder. El juego de pelota no es sólo un deporte, sino un punto de encuentro entre la cosmovisión mesoamericana, las actividades física y los pueblos originarios en la gran ciudad.

Juego de pelota a través del tiempo

El juego de pelota tiene varias interpretaciones: es una representación de un episodio mítico, es un rito para la fertilidad de la tierra, tiene un significado astral, o es una mezcla de todas estas. Además que puede variar en cada locación. Sin embargo, el juego de pelota es encontrado desde fechas muy tempranas en Mesoamérica, y ha sido transmitido de generación en generación hasta nuestros días. La práctica de este deporte es un reflejo del conocimiento de los pueblos originarios.

En la Ciudad de México, resurgió el juego de pelota en la década de los cincuenta.Donde antes era un antiguo basurero en la Delegación Venustiano Carranza, las comunidades indígenas que habían migrado al Distrito Federal, trabajaron en conjunto para habilitar el Pasajuego Balbuena, un espacio para poder practicar el juego de pelota.

En el Pasajuego Balbuena se jugaba Pelota Mixteca de forro y de hule, Pelota Tarasca y Pelota del Valle; durante años, la práctica de estos deportes permitió la formación de fuertes lazos comunitarios, así como la transmición de conocimientos indígenas y el aprovechamiento de un espacio público.

La relevancia de los juegos de pelota de origen prehispánico fue reconocida en el 2008 por Marcelo Ebrard, quien los declaró Patrimonio Cultural Intangible.Contrario a la protección que el dictamen suponía, al siguiente año el gobierno de la Ciudad de México decidió clausurar la única cancha pública donde se podía practicar el juego de pelota prehispánico. Hoy en día el antiguo Pasajuego Balbuena, es el Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo, Inteligencia, Integración, Información e Investigación de la policía capitalina.

El juego es un derecho y una necesidad urbana

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) emitió hace cuatro años su recomendación dirigida al Gobierno de la Ciudad de México, en la cual reclamaba la restitución de este espacio a los jugadores de pelota prehispánica, o el acondicionamiento de uno que cumpliera con los requerimientos adecuados. También recalcaron la importancia de fomentarlo en la población capitalina y recomendó la creación de un programa de difusión.

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Hasta la fecha la única acción que se ha llevado a cabo fue en 2010, cuando se abrió el Deportivo Pelón Osuna. Sin embargo este no tenía las condiciones adecuadas y quedó abandonado después de su apertura. No han habido más acciones, y la recomendación sigue en pendiente.

La presidenta de la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Tradicionales y Autóctonos, Ana Claudia Collado, aclara que la urgencia de crear espacios para el juego de pelota prehispánico, no es sólo por su relevancia en la identidad cultural y la preservación de la cosmovisión de los pueblos originarios, sino que es también es un área de oportunidad para mejorar la condición física de los niños y jóvenes citadinos.

De acuerdo a Ana Claudia, los niños que viven en zonas urbanas tienen algunas destrezas físicas menos desarrolladas que quienes viven en zonas rurales. En su experiencia con la práctica del temalacachtl (similar a rayuela o avión) en primarias urbanas, los niños lograron mejorar su equilibrio al igual que los niños del campo. De manera similar, el juego de pelota permitiría diversificar las actividades que permite el espacio urbano. Es decir que implementar el juego de pelota, sería una buena oportunidad para que los niños se acerquen a nuevas formas de hacer deporte en la ciudad.

Rehabilitar el espacio para los juegos de origen prehispánico sería provechoso para la comunidad, para la apertura de espacios públicos, para la mejora de la salud, y la transmisión de conocimiento ancestral.

Fuente: DF se resiste a preservar los deportes prehispánicos (Animal Político)

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