Alitas de pollo al tequila

Hay platillos que son irresistibles para casi todos. Creo que podemos calificar las alitas de pollo en esta categoría, en sus distintas versiones y rendiciones. Las he probado con salsa búfalo, con salsa barbecue, adobadas, y el encanto es casi el mismo. Yo creo que porque las alitas nos dejan como deben hacerlo las mujeres inteligentes: siempre con ganas de más.

Imposible hacerlas mas irresistibles, les dije a mis amigos de Tequila cabrito, hasta que ellos me mostraron esta receta para hacerlas aún más deliciosas, agregando un elemento muy importante en la cocina mexicana: el rico tequila.

Por si creían que esta rica bebida no puede usarse con todo tipo de comidas, chequen esto. Hasta este momento hemos hecho postres, salsas, carnes y todo ha quedado exquisito. Así que prueben estas ricas alitas que les encantarán.

Tiempo de elaboración | 4 horas
Dificultad | Fácil
Personas | 4

Ingredientes

900 g de alitas de pollo
11 dientes de ajo majados
Jugo de 2 limas
Jugo de 1 naranja
2 cucharadas de tequila
1 cucharada de guindilla molida suave
2 cucharaditas de salsa de chipotle envasada, o 2 chipotles secos, rehidratados y triturados
2 cucharadas d aceite vegetal
1 cucharadita de azúcar
¼ cucharadita de pimienta inglesa molida
Una pizca de canela molida
Una pizca de orégano seco
Tomates partidos en dos, asados a la brasa o gratinados, para acompañar (opcionales)

Cómo hacer alitas de pollo al tequila

Corta las alitas de pollo en dos trozos, a la altura de la articulación y ponlas en un cuenco no metálico. Y entonces, agrega los ingredientes. Revuelve todo para que queden bien cubiertas y tapa el recipiente. Es necesario dejar macerar las alitas en el refrigerador durante 3 horas, o hasta el día siguiente.

Precalienta la barbacoa y asa las alitas dándoles la vuelta de vez en cuando. Cada 15 a 20 minutos, más o menos o hasta que
estén doradas y crujientes y el jugo salga claro al pincharlas. Sírvelas acompañadas de tomates asados si desea.

Sugerencia:
Para rehidratar los chipotles, ponerlos en un cazo y cubrirlos con agua. Lleve a ebullición, con cuidado de que los vahos no te lleguen al rostro. Cocer durante 5 minutos y reservar hasta que se hayan ablandado. Sacar el agua y desechar las semillas y los rabillos