Una de mis partes preferidas del Halloween, siempre fue ir a pedir dulces. Y los mejores dulces eran los más coloridos y deliciosos. Tanto así, que siempre se corría el rumor entre los niños de la cuadra sobre qué casas eran las que obsequiaban los mejores dulces.
Hoy en día, no tanto por haber llegado a la madurez, sino por leer y escribir mucho sobre comida, sé que es probable que esos dulces hayan causado daño a mis dientes a largo plazo (y a veces aún sufro las consecuencias), sin contar los desbalances que pueden hacerle a los niveles de nuestro cuerpo. Aunque claro, los niños no tienen ni idea, y sólo se guiarán por lo que sus paladares les dicen que es una delicia.
Si bien es cierto que no tenemos control alguno sobre los dulces que regalan las personas del vecindario, hay tres cosas que bien podemos hacer: separar con los niños los dulces explicando las consecuencias de cada uno, dividirlos en porciones que no les causen tanto daño (para varios días), y, finalmente, regalar los mejores dulces que nos sea posible. Esto es, los que causen el menor daño posible a esas dentaduras que aún están en formación, ya que los dulces pueden seguir afectando los dientes de manera negativa hasta 20 minutos después de ser consumidos.
Además, cuando vas a dormir dejas de producir mucha saliva, lo que hace que toda la comida que haya quedado en tus dientes se queda ahí toda la noche, dañando encías y dientes. Así que las claves son dos: mantener la higiene bucal y elegir los mejores dulces que te sea posible.
¿Parece una tarea muy difícil? Aquí te damos algunas claves para que no lo sea.
Cómo elegir los mejores dulces para regalar
Lo primero es siempre buscar “buenos dulces”. Como dice el especialista Charles Wakefield, jefe de departamento del área de Ortodoncia en la universidad Texas A&M:
Los buenos dulces no se pegan a los dientes durante largos periodos de tiempo.
Lo cual significa que a la hora de comprar estas golosinas, hay que alejarse de aquellos dulces que son chiclosos, caramelos, y pegajosos de “frutas” (y digo “frutas”, porque ya sabemos que tantas veces se trata de saborizantes artificiales).
Los buenos dulces no contienen ácido, que es el principal causante de erosionar el esmalte dental y acelerar el proceso de descomposición en los dientes.
Como bien dice el mismo especialista, lo mejor es alejarse de esos dulces agrios y muy ácidos. Quizás sería bueno hablar con los niños y llegar a un acuerdo para lograr un balance. Por ejemplo, dejarlos comer algunos dulces ácidos si prometen no tomar refresco ni bebidas deportivas en esta época del año, porque éstas también contienen altas cantidades de ácidos.
El mejor dulce para regalar: el chocolate
Punto a favor para uno de mis alimentos preferidos de la vida, un regalo de los dioses aztecas para el mundo. La razón para que sea un buen regalo en esta época es que el chocolate no se queda pegado en los dientes durante largos periodos de tiempo, claro, mientras no venga acompañado de caramelo. Mejor aún si es chocolate amargo o semiamargo, porque tiene grandes cantidades de antioxidantes.
El mejor tamaño: que sea pequeño
Los niños que acudan a tu puerta no necesitan enormes paquetes, además de que tu bolsillo te lo va a agradecer. Los dulces de tamaño pequeño son una gran opción, más aún por los problemas de diabetes y obesidad infantil, que en México están disparados, precisamente por comer muchas golosinas.
Así que ya lo saben, los mejores dulces son pequeños, y de preferencia con chocolate (lo dijo el especialista, no yo). Como pueden ver, no es tan complicado. Pero si quieren algo más casero, siempre pueden decorar sus propios cupcakes de Halloween.
Fuente: Texas A&M