El modelo productivo que arrasa con recursos naturales con fuertes impactos socio ambientales, está haciendo replantearse a diversos estados una salida sustentable con la implementación de nuevos modelos de desarrollo. En este marco y además, atendiendo el combate contra el narcotráfico, Pepe Mujica, el mandatario uruguayo, lidera una iniciativa que incluso lo hizo ser nominado al Nobel de la Paz.
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Legalizar el consumo y autocultivo de marihuana, y no sólo eso, sino que convertir al Estado en un su productor, es un planteamiento que por muy revolucionario que parezca, atiende a la larga y hoy solapada historia de la marihuana, que la sitúa como un importante material sustentable en la industria textil, y curativo en la farmacología.
Determinar el precio en un dólar para cada gramo, acaba de inmediato con el mercado negro en donde los tráficantes disponen los valores para obtener ganancias desmedidas y acudiendo a la manipulación de la planta con aditivos tóxicos.
¡Pero atención! Es importante señalar que no cualquiera podrá acceder a su compra, si es que se logra destrabar en el parlamento esta iniciativa:
- el consumidor podrá adquirir no más de 40 gramos por mes.
- los interesados deberán estar inscritos en un registro que llevarán las autoridades uruguayas y que será de carácter reservado.
Ya sabes, como dicen los holandeses “es mejor no orinar contra el viento” y atender las tendencias mundiales, sin hacer predominar criterios ideológicos por sobre los de salud pública. Para conducir los esfuerzos a drogas realmente dañinas socialmente como la pasta base, e inclusive legales, como el cigarro y el alcohol, hay que focalizarse, liberando a esta planta de el estigma y persecución al que es sometida.
Y por supuesto, entender su uso más allá del atractivo divertimento. Es un alimento esencial, es una materia prima sustentable y una planta salutífera, demostrando efectividad en tratamientos incluso de enfermedades tan graves como el cáncer.
