La Reforma Energética presentada por el presidente Enrique Peña Nieto considera al gas natural como energía limpia. Impulsa el fracking para aprovechar la riqueza que ofrece el territorio nacional. Una actividad de explotación que podría significar un grave impacto ambiental, como lo reconoce (a medias tintas) Juan José Guerra Abud, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
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En el marco del Foro Sustentabilidad 2013, Guerra menciona que la explotación de gas shale puede consecuencias adversas. Estas se pueden evitar, siempre y cuando, México implemente las mejores prácticas para proteger sus recursos naturales. Normas del más alto nivel, que vigilen los procesos de explotación y descargas de agua; idea con la que justifica la participación de particulares.
Desde el día que se presentó la Reforma Energética, diversas organizaciones ambientales — entre ellas, Greenpeace México — han informado sobre las consecuencias del fracking; proceso que en español se conoce como facturación hídrica. En resumen, se eligen fracturas naturales para agrandarlas. Se inyecta un material aplicado a presión, por lo regular agua con arena y otros químicos, para favorecer la salida de gas.
La extracción y explotación del gas shale, ese gas natural maquillado de energía limpia, nos lleva a considerar dos temas relevantes: primero, las enormes cantidades de agua que se requieren para el proceso — en lugares que ya se siente la sequía —; segundo, la posibilidad siempre latente de registrar accidentes con las descargas de agua, que pueden contaminar el área. ¿Recuerdan Erin Brokovich?
Con la Reforma Energética, México busca la implementación de nuevas tecnologías de particulares extranjeros; aquellos que tengan experiencia en el área de gas natural. Esos mismos cuyo historial es adornado con accidentes y derrames. Por algo el fracking está prohibido en lugares de Europa, como Francia, Alemania e Irlanda. La actividad ha dejado sequías en el sur de Estados Unidos.
“nuestro país necesita producir energías limpias y necesitamos combustibles mucho más amigables con el medio ambiente muchos que manejan redes de distribución comercial porque hay muchos que ya manejan redes de distribución piloto.”
Aún cuando reconoce los riesgos de esta práctica, con todos los desafíos que esto implica, el secretario de Semarnat continúa apoyando la idea del gas natural como combustible limpio y viable para el desarrollo del país. Energía que, esperan, esté disponible en nuestro país en los próximos meses.
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Si el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales tiene esta postura, considerando los eventos regostados al rededor del mundo entorno al fracking, vamos por mal camino. Cómo un gas natural que tenga estas implicaciones puede ser considerado limpio. Este no es un recurso renovable y, por el contrario, hace un gasto excesivo de agua.
México necesita invertir combustibles amigables, alternativas realmente verdes, como los proyectos que se desarrollan desde las universidades. Combustibles generados de biomasa, de micro algas, de bazago, de aceites comestibles. Hacía allá debemos tener nuestra mirada, considerando energía eólica, solar, renovable.
Link: El Universal
Foto: Joshua Doubek (Wikipedia) / (cc) by-sa