En la comunidad científica, las montañas y las áreas frías subpolares se consideran menos afectadas por la invasión de plantas introducidas. Sin embargo, esa situación podría cambiar abruptamente bajo los escenarios de cambio climático y el aumento de la actividad humana en estos ecosistemas. Las plantas introducidas podrían tener una ventaja frente a las especies endémicas de zonas frías, desplazándolas y homogenizando estos ecosistemas.
Ante esto, el investigador Dr. Aníbal Pauchard de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción, en conjunto con los científicos Ann Milbau, de Umeå University Suecia, Martín Nuñez de la Universidad de Comahue de Argentina, y Jonathan Lenoir de la Universidad Jules Verne de Francia; han recibido financiamiento del Swedish Research Link Programme para estudiar la interacción entre clima e invasión de plantas en gradientes altitudinales en Suecia y en Chile.
De esta forma, a fines de julio pasado, los investigadores se reunieron en Abisko, -Suecia- a casi 69º de Latitud Norte, sobre el círculo polar ártico, para discutir los protocolos experimentales de este estudio. En Chile, se ha escogido la zona de Punta Arenas -53º S-, para replicar los experimentos establecidos en Suecia, de modo de establecer las diferencias y similitudes entre ambos ecosistemas, y analizar cómo las especies introducidas se adaptan a los gradientes climáticos altitudinales.
“Comparar cómo los ecosistemas de zonas subpolares de los dos hemisferios están respondiendo a la introducción de especies exóticas, es fundamental para entender cómo en un escenario de cambio climático, las zonas polares van a ser impactadas por plantas adaptadas a condiciones más cálidas. Las zonas más bajas son más cálidas y las zonas altas más frías en una misma montaña. Lo que queremos saber es cómo algunas especies exóticas responden a ese gradiente climático”, explicó Pauchard.
Cabe destacar, que las especies que invaden estas zonas son en su mayoría pequeñas hierbas como el diente de león –Taraxacum officinale– y el vinagrillo –Rumex acetosella-, originarias de Europa central, las cuales se han expandido hacia el norte de Europa y Sudamérica. Éstas soportan el frío, pero aprovechan muy bien las temperaturas cálidas de verano para crecer y expandirse en suelos muy poco desarrollados.
Por otro lado, se espera que el estudio también aborde las dimensiones socio-culturales del manejo de especies introducidas en estos dos países con una historia y contexto social tan diferente.
“La colaboración con Suecia es muy interesante ya que ellos tienen una tremenda experiencia en la ecología de estos ecosistemas fríos, sin embargo en relación a las especies invasoras como una amenaza a la biodiversidad, al igual que en Chile, se ha estado tomando relevancia, sólo recientemente”, afirmó Pauchard.
En relación a la investigación, se espera que permita alertar a los administradores de áreas protegidas de ambas regiones sobre la importancia de la prevención y el manejo de esta amenaza. Medidas simples como regulaciones en la construcción de caminos e instalaciones, y recomendaciones para los visitantes, pueden impedir la llegada de nuevas especies o la dispersión de aquellas ya presentes.
Por último, en los tres próximos años, se establecerán y medirán los experimentos, y además se realizarán encuentros anuales para discutir los avances y generar nuevas ideas.