El dragón rojo tomó hace varias décadas el riesgo de la industrialización intensiva, que en el futuro lo convertirá, de manera impajaritable, en la mayor potencia mundial. Obviamente una decisión como ésta iba a alterar gravemente los ecosistemas.
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El 10% de las tierras agrícolas chinas están contaminadas con arsénico, plomo, mercurio y cadmio. Sus ciudades más importantes han desaparecido bajo la nube tóxica, por lo que mueren 1,2 millones de personas sólo en China de forma prematura por enfermedades respiratorias. De hecho consiguieron lo soñado, invadir por medio de las emanaciones tóxicas a sus vecinos nipones.
Por si fuera poco, el 97% de las aguas subterráneas están contaminadas, anualmente desaparecen unos 20 lagos en este país y de los 50.000 ríos dentro de sus fronteras, hoy, más de la mitad han desaparecido. Sumado a esto, unos 400 cadáveres humanos y de animales son extraídos anualmente del Río Amarillo, cuestión tan sórdida como contaminante.
La contaminación en China es brutal. Si bien el modelo capitalista-comunista intentó solaparlo reprimiendo las denuncias populares- recordarán el caso de un chino que fue golpeado brutalmente por denunciar contaminación de un río o en la ciudad de Shifang (provincia suroccidental de Sichuan) las protestas contra el proyecto de una fabrica de aleación de cobre que dejaron 13 personas heridas y dos muertas en enfrentamientos con la policía– hoy quiere castigar a los empresarios contaminantes y ¡vaya de qué forma!
Una nueva interpretación judicial que entró en vigor hace una semana desterró lo que calificaron de un cuerpo de ley “laxo y superficial” respecto a la protección del medio ambiente, informó el presidente Xinhua citando un comunicado del gobierno, que explicita la aplicación de “criterios precisos para las condenas y sentencias”, en donde figura la pena de muerte, insistiendo en que la “explicación judicial proporciona una poderosa arma legal con toda la fuerza para descubrir pistas que indiquen quienes infringen la ley de contaminación ambiental de una manera oportuna”.
Lo bueno que no sólo es el miedo a morir el que se implantará, sino 10 medidas contra la contaminación para reducir las emisiones de las industrias que contribuyeron al “milagro económico” (del que habla Chile con igual de nefastas consecuencias) de estas últimas tres décadas.
Ahora será el decrecimiento el que consiga el desarrollo y no al revés. Frenando a las industrias de alto consumo de energía, como el cemento, el acero, el vidrio y el aluminio, pretenden reducir en 30% las emisiones de carbono para 2017.
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Para presionar, las sanciones se pagarán en función de la escala de sus emisiones. China también prometió acciones legales para aquellas industrias que no logran mejorar los controles de contaminación y la introducción de normas de emisiones. ¿Qué te parece?
Fuente: Polluting to death: China introduces execution for environmental offenders (RT)
