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“Dieta Google” ordena la alimentación de sus trabajadores

Para que sus trabajadores no terminen con algún problema de sobrepeso, Google estableció algunas reglas que ya han logrado cambios en el hábito alimenticio de sus empleados, quienes gozan de comida gratis en todas las variedades posibles, ¡cómo no tentarse!

Las ventajas de trabajar en Google se conocen por sólo traducir beneficios a sus empleados. La empresa se encarga de hacer de la jornada laboral un espacio agradable en el que cada uno de sus funcionarios se sienta a gusto desarrollando sus labores. Entre las bondades que se pueden encontrar está la exquisita gracia de contar con comida las 24 horas.

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En la sede de California, Google cuenta con 18 comedores que son gestionados por 300 cocineros y 7 chef profesionales. Cada personas elige qué y dónde comer. Las garantías de esta disposición son muchas. Ya lo dice el dicho: “güatita llena, corazón contento”, porque sin comida el organismo no funciona y la creatividad, elemento esencial para trabajar, no despierta.

Dieta Google

Conscientes de lo que podría ser un problema, la empresa dispuso un “equipo global de comida” quien comenzó a implementar la “dieta Google”, una medida que estableció algunos cambios en la forma de disponer de los alimentos en estos comedores. Se trata de 6 cambios específicos que ya dan resultados.

Ensaladas en primera línea

Haciendo un sencillo cambio al disponer las ensaladas en primera fila del buffett, se disparó su demanda de forma instantánea. Bien por los vegetales.

Código de colores

Para distinguir aquellos alimentos que se pueden comer con regularidad de los que no son tan sanos, se implementó este código de colores el cual se desprende así: Verdes, alimentos saludables que se pueden comer sin problemas; Amarillo, los que se pueden ingerir de vez en cuando;rojo para aquellos más calóricos y que vale la pena controlar su ingesta. La demanda de estos últimos bajaron considerablemente luego de la nueva categoría cromática.

Más agua

Con tan sólo disponer de agua embotellada a la altura de la vista en las neveras de los comedores, el consumo de estas creció en un 47% en el primer año, mermando la elección de bebidas azucaradas.

Platos pequeños

No es necesario comer más para sentirse satisfechos/as. Para dar a conocer esto se introdujeron platos medianos, para quienes decidieran cambiar su porción. En los platos grandes se dejaron mensajes que dan cuenta que ese tamaño puede hacer que coma más sin sentir hambre o la necesidad del organismo de recibir más comida.

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Golosinas menos atractivas

Para engañar un poco al cerebro se dispusieron las golosinas en recipientes más opacos.

Postres individuales

La mayoría se repetía el postre, porque claro, son deliciosos, pero el sólo hecho de individualizar las porciones logró que esta constante se redijera considerablemente. Además, bajaron la cantidad de galletas de los paquetes que sirven como aperitivos. Si antes eran 6, ahora son sólo 2.

Un dato no menor: si alguien desea un dulce de la máquina dispensadora tiene que cancelarlo de la siguiente forma: 1 gramo de azúcar es un centavo, dos céntimos por cada gramo de grasa, cuatro céntimos por cada gramo de grasa saturada. Por lo tanto, si desea una barra de cereal esta podría costar 15 céntimos, por ejemplo.

Prácticas formas que Google ha implementado en su más grande recinto, para cuidar la salud de los empleados y que, una regalía que ya quisieran todos/as, no sea un problema a largo plazo. ¿El éxito? Según los expertos en estas materias se trata de una dieta “no dieta”, es sólo un orden que mejoró las condiciones en las que se alimentan los más de 8 mil trabajadores de esta gran compañía de las comunicaciones.

Fuente: Expansion
Foto:Ekai (cc Flickr)

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