De manera natural, los árboles ofrecen sombra, resguardo y áreas frescas, en algunos casos hasta frutos. Los árboles limpian el aire que respiramos, son nuestros pulmones. Dan hogar a varias especies de animales — aves y roedores —, además de hongos y bacterias. Enriquecen nuestra vida y nosotros, en las ciudades, les pagamos muy mal.
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Hoy, en el Día Internacional del Árbol, nos llega una reflexión de Alfonso Delgado Salinas, del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Una reflexión sobre los árboles en áreas urbanas, poniendo como ejemplo la Ciudad de México.
Los árboles que encontramos en las grandes ciudades son colocados al azar, sin una correcta planeación de ello. Por lo regular se siembran árboles como eucaliptos, truenos, casuarinas, pirul y jacarandas. Estos árboles son descuidados, no reciben el mantenimiento adecuado. Después de ser colocados, no hay quien les brinde el abono indicado, ni siquiera agua, ni poda o cuidado de sus raíces.
Aquí están enfermos, mal podados y alimentados. No los protegemos ni existe preocupación por preservarlos. Sólo recibimos los beneficios ambientales y la protección que ofrecen, sin preocuparnos por vigilar su salud o sembrarlos en espacios adecuados.
Como lo indica la naturaleza, los árboles crecen. Si estuvieran en un bosque, no hay problema — que crezcan como sea —. Al encontrarse en un área urbana, se debe considerar lo que se encuentra a su alrededor. Esto nos lleva a uno de los problemas más importantes que viven estos arbolitos urbanos: la poda mal hecha.
Cuántas veces no hemos visto camellones llenos de árboles, que son podados indiscriminadamente, sin darle un correcto mantenimiento para fortalecerlos. Sólo “les dan forma” para que no estorben y listo — yo diría que los mutilan —. Mientras tanto el árbol se debilita. Sus ramas se hacen quebradizas y, con ello, aumenta las posibilidades de accidentes; con el viento, las ramas pueden caer. Por otra parte, las raíces pueden levantar el suelo.
El gobierno debe incluir a los árboles en la planificación urbana, colocando especies adaptables al área que se le ha asignado; considerando el tamaño de la especie, el espacio que necesita para desarrollarse, el cuidado que se le debe dar. Así en lugar de sembrar indiscriminadamente árboles “problemáticos”, pueden prevenir problemas como invasión de espacio vial o de cableado.
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Delgado Salinas recomienda rescatar nuestra cultura botánica y rescatar especies endémicas; mejor aún, plantar árboles que nos den frutos. Estos árboles pueden ser de ornato y, además, nos da alimento.
Hemos olvidado el legado de la cultura botánica de los pueblos originarios que planearon, seleccionaron y domesticaron plantas que no sólo consumimos nosotros, sino el mundo entero. […] En su trayecto, los transeúntes podrían alcanzar una manzana, un tejocote, capulines, mandarinas, naranjas o nueces.
Esta idea de sembrar árboles frutales en las ciudades, sólo lo he visto en Villahermosa, Tabasco; más bien, se dan de forma natural. Es hermoso ver cuando los niños se suben a los árboles a bajar mango y los vecinos llegan a tomar. La tierra todo te lo da. Sin embargo, nosotros debemos darle a la tierra y a los árboles.
Como sociedad podemos poner de nuestra parte, cuidando los árboles que tengamos cerca. También nosotros podemos poner un granito de arena para regresarle todo lo que nos da la naturaleza. Nos podemos organizar en las escuelas, hacer equipos con los vecinos y, también, pedirle al ayuntamiento que no se olvide de nuestros árboles.
Links:
- Estudio revela que árboles urbanos salvan una vida al año en cada ciudad
- Cinco beneficios de los árboles urbanos
- Árboles disfrazados de semáforo
Fuente: Árboles deben ser incluidos en la planificación urbana (Planeta Azul)
Foto: Andrés Acosta/(cc)by