Tiene varios años que este tipo de lácteo es el furor entre los seguidores de un estilo de vida sano. Como esos muy populares antioxidantes, el yogurt griego ha llegado para quedarse. Pero los que son temerosos de las comidas nuevas, o todo aquello que se publicita como “saludable”, no se preocupen, es muy rico. Y más allá, les ofrece más beneficios que el “normal”.
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Primero abordemos en qué son parecidas ambas versiones, para ser justos. Ambos pueden ser parte de una dieta totalmente sana, bajos en calorías, llenos de calcio y bacterias vivas que son buenas para la flora intestinal.
La versión mediterránea se distingue por su elaboración. Es colado mucho más que un yogurt normal, por lo que en el proceso pierde mucho de la lactosa, líquidos y azúcar, ganando una consistencia más espesa. Respecto a su contenido nutricional, pongámoslo un poco más claro:
Proteína: Con la misma cantidad de calorías, tiene el doble de proteína. Lo que quiere decir que una porción de este amigo mediterráneo te mantendrá con la sensación de estar satisfecho por más tiempo.
Carbohidratos: Todavía recuerdo la época en que todos estábamos asustados de consumir demasiados de estos amigos y las dietas con cero de estos contenidos estaban de moda. Ahora sabemos que no es lo más sano eliminarlos, pero que el contenido de carbohidratos debe regularse y porcionarse bien. Este yogurt contiene muy pocos de ellos, en porciones iguales, la mitad que la variedad común.
Grasa: Por este lado, hay que irnos con cuidado, el yogurt griego contiene una buena cantidad de grasas saturadas. Una sola porción puede contener 16 gramos de ellas, casi el consumo total diario recomendado. Son peligrosas porque levantan tus niveles de colesterol dañino. Te recomendamos buscar una variedad baja en grasa.
Calcio: Una porción de este yogurt contiene el 20% de lo que debe ser tu consumo diario de este mineral, lo cual es una buena parte del total y se puede complementar con leche, almendras, y semillas.
Una buena cantidad de tus requerimientos diarios quedan cubiertos si consumen una porción de yogurt griego en la mañana como desayuno. En algunos países, algunas marcas del mismo tienen complementos para el mismo, como miel, o mermelada natural para complementar el sabor. Y es una lástima que no nos lleguen a México, pero siempre podemos improvisar, por ejemplo acompañándolo con frutas de temporada.