Albert Einstein dijo: Si las abejas desaparecen de la Tierra, el hombre sólo sobrevivirá cuatro años. Es por esta razón que el cuidado de estas amigas amarillas y negras es tan importante para nosotros y para el medio ambiente.
En Europa, se ha prohibido por dos años el uso de tres químicos neonicotinoides (clotianidina, tiametoxam e imidacloprid), que forman parte de plaguicidas usados en los cultivos de girasol, colza, algodón y maíz. Estos químicos pueden afectar el sistema nervioso causándole parálisis o incluso la muerte a los insectos.
Bayer y Sygenta, los vendedores de estos plaguicidas, son los grandes perjudicados, ya que ganan miles de millones de euros a partir de la producción de estos pesticidas.
Algunos agricultores tampoco están dispuestos a cambiar su método de cultivo, aunque suponga un perjuicio para el medio ambiente.
Estudios científicos demuestran que la preocupante reducción de las abejas está relacionada con el uso de estos pesticidas. Si las abejas desaparecieran del Reino Unido, costaría 1800 millones de libras esterlinas al año, provocando un aumento en el precio de los alimentos, y una crisis alimentaria global.
Pese a esto, los ministros del Reino Unido aseguran que la prohibición reducirá la producción de alimentos, ya que la ley afectaría a un tercio de las semillas de la Unión Europea.
Sin embargo, una campaña masiva, apoyada por más de dos millones y medio de personas, alenta la prohibición de estos productos. Unos 27 activistas de Greenpeace desplegaron un enorme lienzo en la química Bayer, denunciando que sus pesticidas matan a las abejas como puedes ver en esta fotografía:
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