Las impresoras 3D son capaces de reproducir una gran variedad de objetos, desde prótesis para la cara, armas e incluso algunos ingenieros han fabricado algunos bong. Sin embargo, estas geniales impresoras, especialmente las domésticas o de pequeñas empresas, necesitan imprimir en plástico epoxy. Resistente, sí, pero muy poco detallista en el acabado de los objetos finales. A demás de ser muy poco gentil con el medio ambiente.
Es por eso que en este último tiempo, muchas empresas se han dedicado a investigar otros materiales para las impresoras 3D. Los elementos deben ser compatibles con los fusores, que son los encargados de derretirlos y depositarlos para crear el objetos. Emerging Objects es un estudio de arquitectura estadounidense que ha descubierto varios materiales aptos para esto.
Sal, cemento, nylon o pulpa de madera o papel son algunos de los materiales sostenibles y biodegradables que a demás ofrecen un acabado y textura detallados en los objetos creados, que luego pueden ser tratados con una pequeña capa de barniz o fijadores que garanticen la durabilidad de la pieza.
Si bien, el cemento no es directamente biodegradable, sí es un material sostenible y reciclable.
Actualmente, Emerging Objects sólo vende objetos ya hechos por ellos, pero esperan poder vender los materiales compatibles con las impresoras 3D, especialmente el cemento, a finales de este año.
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