Una de las sensaciones que más me gusta en la vida es la libertad que se puede experimentar al andar en bicicleta. Me encanta poder recorrer grandes distancias sólo con la fuerza de mis piernas.
Hace muchos años que pedaleo y creo que lo seguiré haciendo hasta que mi cuerpo me lo permita. Esa sensación es mucho más gratificante cuándo mientras pedaleo pienso: “qué bien se siente esta bici” porque yo la armé y si tiene algún desperfecto lo solucionaré yo mismo, es muy gratificante esta sensación de autosuficiencia en un medio de transporte como la bicicleta: económico, agradable de usar y amigable con el medio ambiente.
Por eso y más en Recicleta nos gusta promover el uso de la bicicleta desde tres sencillos, pero trascendentales aspectos:
1.- Recuperamos bicicletas abandonadas. Alguien nos dona una bicicleta que no usa, la reparamos y además le encontramos un dueño que la vaya a usar. De hecho, tú mismo puedes ser un Recicletero, si tienes una bici que no usas dónasela a alguien que la necesite y estarás Recicleteando.
2.- Compartiendo los conocimientos de mecánica a través de talleres. Nos hemos dado cuenta que muchas bicicletas fueron abandonadas por falta de conocimientos de sus dueños (por ejemplo, porque no supieron reparar un pinchazo, la bicicleta queda abandonada por años). Por eso realizamos talleres gratuitos, para que la gente conozca sus bicicletas y sepa sacarle provecho.
3.- Organizando jornadas de reparación de bicicletas, donde en conjunto con organizaciones sociales de base, municipios o empresas, nos dedicamos a reparar las bicicletas de habitantes de distintos sectores de la Región Metropolitana.
Recicleta no tiene con apoyos formales en este momento. No tenemos auspiciadores, no tenemos taller ni tampoco tenemos bodega… ¡Ni siquiera tenemos un lugar donde guardar los repuestos que usamos para las Recicletas que reparamos!
Nuestro capital está constituido por los voluntarios y colaboradores que donan desinteresadamente su tiempo y conocimientos para compartirlo con los demás. No pretendemos convertir en mecánicos a toda la gente que asiste a nuestras actividades, pero si queremos entregarle los conocimientos para que por lo menos sepan qué es lo que falla en su bicicleta y puedan llevarla a un taller, si es necesario.
Cada vez que pedaleo y disfruto de lo bien que se siente la bici que armé gracias a los conocimientos que he aprendido trabajando como voluntario en Recicleta recuerdo aquel proverbio chino que dice: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”.
