De los últimos datos que nos dio el expresidente Felipe Calderón, antes de que su mandato terminara, en Green Solutions 2012, fue que México aún presenta una tasa de deforestación de 150 mil hectáreas por año. Que sigue siendo una gran tasa, pero una reducida si tomamos en cuenta de que de los 90 al año 2000 fue de 350 mil hectáreas al año.
Actualmente, programas como el Pago por Servicios Ambientales y el ProÁrbol han cambiado la política forestal. En aquella ocasión, el expresidente aseguró que es difícil mediar el crecimiento económico con una política ambiental que mire al futuro y no consuma desde hoy todos los recursos.
Pero no hablemos sólo de lo malo, según la organización Reforestamos México, en Marzo de 2012, nuestro país se encontraba en el cuarto lugar a nivel mundial en reforestación, al incorporar 2.76 millones de hectáreas gracias a los Servicios Ambientales a través del programa ProÁrbol.
Tristemente, en ese mismo año y el mismo sitio, publicó que México todavía estaba en el cuarto lugar, pero en deforestación. Entonces, si restamos el uno y el otro, estamos en ceros, ¿No creen? Y eso, suponiendo que ambos esfuerzos son equivalentes.
Según informó el el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, la deforestación en México sigue creciento.
Así que a pesar de los programas y los esfuerzos sigue existiendo la deforestación. Y es muy grande.
Creo que es probable que no se esté atacando el problema como es debido. Mucho de ello se origina en la tala ilegal, que a veces está financiada por diversos grupos armados, etc. Los bosques no están lo suficientemente guardados, y probablemente las compañías que compran esa madera no verifican su procedencia de manera adecuada. Como siempre, la solución directa es frenar la demanda.