Muchas veces escuchamos hablar de laboratorios, ingeniería genética, ADN, Watson y Crick, evolución y un sin fin de conceptos que parecen salidos de la mente de guionistas de ciencia ficción, pero a los cuales creemos que nunca nos acercaremos de forma tangible. Pues bien, con unos pocos productos para el hogar podrás obtener una muestra de tu material genético (o de fresas o cualquier otra cosa viviente).
No importando cual sea tu elección, para extraer el ADN necesitas sal, jabón y alcohol. No pienses que va a obtener esa elegante doble hélice que siempre muestran, sino que será un hilo pegajoso, similar a cuando quedan restos de la etiqueta autoadhesiva en la cubierta de un CD. Sin embargo, va a ser ADN puro y vas a ser capaz de observarlo.
Lo primero es tomar un poco de agua tibia, una cucharada de sal y aquello de lo que quieres conseguir ADN (las frutillas funcionan muy bien en este experimento). En el agua salada lo debes moler hasta conseguir un puré, ya sea con un tenedor o metiéndolo a una licuadora. Es importante que no quede una mezcla suave. Luego viertes el puré a través de un colador en un vaso.
Si deseas extraer tu propio ADN, debes tomar la taza de agua con sal y hacer gárgaras, mantener la solución por uno o dos minutos en tu boca y luego devolverla a la taza, llena de saliva y células de la mejilla.
A continuación hay que tomar el jabón líquido, agregar una cucharadita llena y agitar la mezcla con mucho cuidado, usando algo no orgánico. No deben formarse burbujas. Si no tienes jabón líquido, puedes usar solución para lentes de contacto o incluso jugo de piña.
Ahora es el momento de agregar el alcohol. Se debe utilizar alcohol isopropílico, enfriado hasta estar extremadamente frío. Vierte el alcohol lentamente y con mucho cuidado. Se necesita una gran cantidad y debes asegurarte de que se forme una capa gruesa sobre la mezcla inicial. Espera entre dos a cinco minutos y veras como grumos de material blanco comienzan a formarse en a parte superior del alcohol, a menudo con largos hilos colgando de ellos. Ese es el ADN.
El material genético se agrupa de manera natural en racimos dentro de una célula. El jabón rompe las paredes celulares y permite que el ADN salga, de la misma forma en que mata a las bacterias en nuestras manos cuando las lavamos. Como el ADN tiene una carga negativa, la sal se separa en el agua para formar iones que lo envuelven, lo liberan de su carga negativa y evitan que se reagrupe. Una vez que esto sucede, lo único que falta es separar el material genético del resto del material orgánico. Si bien otro material orgánico se disuelve en alcohol, al ADN no le pasa eso. También es menos denso que el alcohol, por lo que mientras el resto de la mezcla se asienta debajo de la capa de alcohol, el ADN flota en la parte superior.
OSOM.
Fuente: Extracting your DNA with kitchen supplies (io9.com)