La controversia respecto a lo que se puede o no puede imprimir con la tecnología 3D no tiene fecha de término. Los críticos y los defensores de las armas de fuego aún discuten si se debe o no tener derecho a imprimirlas. El Congreso estadounidense guarda silencio y muchos ya estudian la forma de saltarse las posibles regulaciones al respecto.
Mientras todo eso ocurre, algunos ingeniosos han puesto la tecnología de impresión 3D al servicio de otras necesidades: fumar marihuana. Ya han pasado tres años desde que los primeros planos para la impresión 3D de un gong aparecieron en el sitio de encuentro para diseñadores Thingiverse y si bien no son demasiados los planos, poco a poco se van popularizando. Creo que una vez que las impresoras 3D lleguen a los hogares habrá que revisa otra vez y ver qué tal avanzan los proyectos.
Por el momento, es difícil saber hoy si las futuras legislaciones sobre el uso de las impresoras 3D alcanzaran a este tipo de objetos. La tecnología es bastante nueva y todas las preguntas son válidas.
Fuente: 3D Printing Is Getting Stoned (Motherboard)