La minera estatal CODELCO, o el “sueldo de Chile”, en sus faenas extractivas de los minerales cordilleranos, contamina con sustancias tóxicas el ecosistema y gasta 18% del total de energía producido en Chile. Si bien invirtió en energía solar en la Minera Gaby evitando la emisión de 15 mil toneladas de CO2 al año, es una acción que raya en lo “simbólico” tomando en cuenta que tiene en carpeta a Energía Minera, la mayor termoeléctrica con base a carbón en Ventanas, o el Chernobil chileno, y es esta energía la que predomina para desarrollar sus faenas.
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Ya hemos visto varias situaciones que han construido una imagen bastante debilitada de una empresa de identidad nacional y que debería provocar orgullo en los ciudadanos. El proyecto de expansión de la División Andina hacia la comuna de Lo Barnechea, su proyecto de gran minería en el bosque ecuatoriano, las acusaciones de cuasidelito de homicidio de algunos de sus trabajadores en donde se disputan responsabilidades con ENAMI, la nube tóxica que cubrió La Greda en Ventanas provocando daño neuronal en centenares de niños, además de que Codelco prohibiera terminantemente alimentar a los perros que los trabajadores crían en las faenas, son algunos de los casos que han reducido el prestigio de esta importante empresa.
Ahora resulta que Codelco, en la localidad de Quillagua en Calama (norte de Chile, región de Antofagasta) habría dañado los geoglifos de Chug Chug.
El senados independiente Carlos Cantero, hizo la denuncia el pasado 9 de enero, manifestando que “se cometió un verdadero genocidio cultural, porque lo que se hizo fue establecer una torre sobre el geoglifo. Esto denota que los estudios están mal hechos, lo que constituye un atropello al respeto profesional por los especialistas de la región. No entiendo por qué contratan gente de Santiago que no conoce ninguna de estas realidades, habiendo tantos profesionales competentes en la región”.
En el comunicado de la empresa Codelco asegura que informó oficialmente al Consejo de Monumentos Nacionales que la construcción de un camino de acceso para la instalación de una de una de torres eléctricas, ocasionó una mínima alteración de un geoglifo no descubierto, pues sólo podía ser visto con tecnología satélite o a ciertas horas del día en las que no habían faenas. Y así mismo avisó de un hallazgo arqueológico, por lo que propuso medidas de protección, reparación y compensación del eventual daño ocasionado.
En este momento la causa ha llegado a el Consejo de Defensa del Estado con el fin de investigar las implicancias, principalmente la de ausencia de un Informe de Impacto Ambiental, utilizando los profesionales capacitados y conocedores de la zona.
Es relevante para el país que la cuprífera diseñe un plan estratégico a largo plazo, señero para las demás empresas mineras que llegan al territorio nacional, siendo un ejemplo de buenas prácticas, mitigación de impacto e innovación en el plano energético. Codelco está al debe y puede deberse a la siempre jugosa posibilidad de privatizar la empresa por medio del argumento de un funcionamiento burocrático, centralizado y poco eficiente. Esta lógica sólo puede multiplicar las externalidades, por lo cual se espera una altura de miras que haga de la actividad minera un plus y no un retroceso en la economía e identidad nacional.
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Fuente: Acusan a Codelco de dañar geoglifos en la región de Antofagasta (Radio U. de Chile)
