Un mail puso en evidencia la “brillante”-#not- idea del político estadounidense, Ed Orcutt del Distrito 20 en Estados Unidos de cobrar impuesto a las bicicletas por los caminos que utilizan tal como lo hacen los automóviles. Hasta ahí resulta razonable. Solo hasta ahí, porque añade un argumento totalmente absurdo ¿o no? Juzga tú mism@:
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Orcutt plantea: “Un ciclista tiene un aumento del ritmo cardíaco y de la respiración. Eso significa que el acto de montar una bicicleta tiene como resultado una mayor emisión de dióxido de carbono por parte del jinete. Dado que el CO2 se considera un gas de efecto invernadero y contaminante, los ciclistas son en realidad contaminantes cuando se embarcan en una bicicleta”. ¿Aplausos?
Los griegos estarían llorando y preparando con sus propias lágrimas un vaso de cicuta.
¿Admirable el trabajo que desempeñan estos verdaderos filósofos del acontecer, iluminados para realizar el “arte de lo posible”?
Obviamente puedes enviarle tus argumentos para rebatir el planteamiento de Ed. Seguro le falta muchísima información. Por lo bajo que la bicicleta no utiliza combustible, que reduce la saturación vial y que mejora la calidad de vida y la salud de quienes optan por este medio de transporte.
Fuente: Legislator to small business owner: bicycling bad for the environment (Cascade)