Mucho hemos hablado en Sabrosía acerca de las distintas variedades de cerveza, sus orígenes y hasta la mejor forma en que deben ser consumidas. Sin embargo, las sorpresas y variaciones en el mundo de esta bebida nunca se detienen. Por lo mismo, ahora les hablaremos brevemente acerca de otro tipo de cervezas: las con frutas. Sí, leyeron bien, con frutas.
PUBLICIDAD
Este tipo de variedad consiste básicamente en cervezas elaboradas artesanalmente, a las que tras su tradicional proceso de fermentación se les añade cierta cantidad de una fruta escogida, por unas cuatro a seis semanas, de manera que la cerveza macere la fruta y así tome el color de ésta y adquiera algunos tonos de su aroma. Luego, antes de embotellar, la fruta es retirada.
Las frutas más utilizadas para macerar en cerveza son duraznos, damascos, manzanas, frutillas, guindas y arándanos. Claro está que mientras más oscura es la fruta, mayor es el cambio de color que experimenta la cerveza. En cuanto al gusto, no se trata de una invasión del sabor de la fruta, si no que darle un ligero tono de la fruta escogida a la cerveza.
Ahora bien, para potenciar la llegada del gusto y aroma a la cerveza, por lo general en estas preparaciones se utilizan cervezas livianas, fundamentalmente del tipo Lager.
