Martin Gubbins ha sido ranqueado entre los mejores expertos en derecho ambiental en Chile por la Guía Inglesa de Chambers and Partners y The Legal 500. Desde 2005 es el responsable de Medio Ambiente, Recursos Naturales y el Área de Minería de Abogados CorreaGubbins.
Es licenciado en Derecho de la Universidad de Chile y tiene una maestría de la Universidad de Londres. También es miembro de la junta
directiva en las empresas pertenecientes a los sectores de bienes raíces, minería y entretenimiento, y ha sido profesor visitante de las
Estrategias de Litigio Civil (Universidad de Chile) y Litigación Ambiental (LLM de la Universidad del Desarrollo).
Además de su carrera profesional como abogado, Martín tiene un diploma en Bellas Artes por la Universidad Católica de Chile y es poeta, artista y fundador de la pequeña prensa Foro de Escritores. Su obra se ha publicado en libros y CDs en Chile, México, EE.UU., Francia y Reino Unido. Su trabajo visual es parte de la colección Avant escritura de la Ohio State University (EE.UU.) y Ruth y Marvin Sackner Archivo de poesía concreta y visual (EE.UU.), y ha sido expuesta en galerías de Chile y en el extranjero.
Es por todas estas razones que es jurado de Common Pitch Chile 2012, una fiesta para arreglar al mundo liderada por Al Gore, que seleccionó hasta el 2 de noviembre los mejores proyectos de emprendimiento, innovación y sustentabilidad que tengan un fin social para premiarlos con 17 millones de pesos.
A propósito de esta instancia es que nos contactamos con Gubbins para que nos diera una entrevista. Accediendo gentilmente a conversar con Veo Verde, obtuvimos sus impresiones y aclaraciones respecto al delicado escenario medio ambiental que se vive en Chile.
Veo Verde: El escenario chileno está constantemente arreciado por problemáticas medio ambientales. Desde el derecho internacional ¿es posible dar garantías a las comunidades y ecosistemas que se ven doblegados ante el modelo de desarrollo?
Martín Gubbins: No solo Chile, en general los países en desarrollo están tensionados entre su crecimiento económico y los problemas ambientales. El derecho internacional solo regula áreas del derecho ambiental que afectan a todos los países, desarrollados y en vías de desarrollo, por ejemplo: el cambio climático y la protección de la diversidad biológica. En cambio, los problemas ambientales locales no pueden ser resueltos desde el derecho internacional. Los mecanismos de solución tienen que considerar nuestra realidad nacional. Lo explico con un ejemplo: el Convenio 169 de la OIT establece la obligación de consultar a los pueblos originarios que podrían ser afectados por el desarrollo de un proyecto, pero no determina cómo se hace ese proceso. Eso lo decide cada país.
VV: Estamos prontos a que Chile inaugure los Tribunales Ambientales, tercerizando la labor del poder judicial en esta nueva instancia ¿Qué le parece esta iniciativa? ¿Cuáles son los pro y los contras?
MG: Yo no diría “tercerizando”, porque la solución de conflictos ambientales está y seguirá estando a cargo del Poder Judicial, como debe ser. La diferencia ahora es que habrá un tribunal especializado que conocerá solamente de asuntos ambientales, tal como sucede en libre competencia, laboral y propiedad intelectual, entre otros ámbitos.
Los Tribunales Ambientales surgen de la creación de la Superintendencia del Medio Ambiente, también una institución nueva que deberá fiscalizar y sancionar incumplimientos ambientales, con multas que pueden llegar a unos USD 9 millones, clausurar establecimientos y revocar permisos.
Así, los Tribunales Ambientales actuarán como contrapeso al poder de esa superintendencia, bajo estrictos estándares judiciales especializados de revisión.
Las virtudes y desventajas de este nuevo sistema se verán con el tiempo, pero desde ya se anticipa que su funcionamiento no inhibirá la presentación de recursos de protección directamente ante cortes de apelaciones, como tampoco otras demandas ante la justicia ordinaria, por lo que está muy presente el riesgo de que la litigación ambiental tenga más, y no menos, sedes posibles de discusión que antes. No obstante, si los TA se posicionan adecuadamente y resuelven los conflictos con rigor y oportunidad, es probable que de hecho se produzca un menor incentivo a acudir a la justicia ordinaria.
Esta nueva institucionalidad no es un invento chileno. Responde a una tendencia internacional a tener tribunales ambientales especializados. Un estudio de 2010 indica que se crearon aproximadamente 360 tribunales ambientales en el mundo, la mayoría en los últimos cinco años.
Los principales argumentos a favor de este nuevo sistema es que acelerará los juicios, generará eficiencias y, al incorporar jueces especializados, permitirá mejorar la comunicación con expertos no legales, disminuyendo el costo individual y social de acceder a decisiones judiciales acordes con las ciencias ambientales actuales.
La especialización incorpora conocimientos especiales y habilidades particulares, de proceso y sustancia en la resolución de estos problemas. También tiene la ventaja de racionalizar la discusión y ampliar el catálogo de reparaciones.
VV: ¿Cuáles son las posibilidades que hay de que la industria extractiva sea sustentable, más allá de las normas, que en el caso chileno pueden ser bastante laxas?
MG: La industria en general es mucho más sustentable que ayer y probablemente lo será aún más en el futuro. Esto tiene que ver con regulaciones que surgen como respuesta a los requerimientos de los mercados internacionales, a la incorporación de Chile a la OECD y, por cierto, al aumento en las exigencias de las comunidades locales.
Evidentemente las normas ambientales tenderán a aplicarse de manera más general y estricta, pero más que nuevas normas me parece imprescindible validar las realidades locales mediante una adecuada planificación territorial. Por ejemplo, si se quiere instalar una central termoeléctrica en la playa más linda del país, aún cuando la norma de emisión atmosférica aplicable sea la más estricta en el mundo, la comunidad afectada se opondrá. Un conflicto de esa naturaleza puede evitarse con instrumentos de planificación territorial que al menos determinen lo que no puede hacerse en ciertos lugares.
VV: ¿Hay ejemplos en el mercado chileno que den el ejemplo? ¿Hay transnacionales de las cuales se pueda aprender en estos términos?
MG: Mi experiencia es que todas las empresas productivas grandes de Chile están tomando en serio el desafío ambiental, no sólo para evitar conflictos con la autoridad o la ciudadanía, sino sencillamente porque es necesario para sobrevivir en los mercados desarrollados donde dirigen sus exportaciones.
El proceso es lento porque no depende solamente de una partida en un presupuesto o la decisión de un directorio: es imprescindible una cultura de trabajo distinta que permee la totalidad de la estructura hasta el último eslabón.
En la industria extractiva de recursos naturales no renovables, como la minería, se han ido asumiendo importantes desafíos nuevos, por ejemplo en el uso de los recursos hídricos, en sus emisiones al aire, en el tratamiento de sus residuos y en la relación con las comunidades y la biodiversidad, algunos motivados por políticas de sus casas matrices y otros en respuesta a problemáticas locales específicas.
Te diría que prácticamente toda la gran minería está preocupada de elaborar planes para mejorar la sustentabilidad de su negocio. Se puede nombrar el caso de compañías como Rock Tech Centre, de Suecia, que están desarrollando proyectos en colaboración con universidades, proveedores y mineras para crear lo que ellos denominan “la minería del futuro”.
VV: El crecimiento y concentración de las ciudades ¿Cómo puede ser regulado para que el desarrollo inmobiliario no arrase con la calidad de vida de los ciudadanos?
MG: La clave está en la planificación territorial. Ésta es la que define esas cosas en base a las realidades sociales y geográficas existentes. Sin embargo, detener el crecimiento de ciudades como Santiago es bastante complejo en la forma como actualmente opera el Estado, pues requiere de políticas muy coordinadas en vivienda, transporte, obras públicas y medio ambiente.
VV: ¿Cuáles son los cambios necesarios que deben hacerse desde la ley en Chile para que este sea un país que acerque los conceptos de desarrollo y sustentabilidad?
MG: Los cambios legales hechos son importantes y orientados en esa dirección. A eso se une el cambio social frente al problema, que claramente ha empujado a las instituciones estatales y a las empresas a tomar acciones que antes no tomaban. Para decirlo de alguna forma, la reputación en materia de comportamiento ambiental hoy día es un activo valiosísimo en la economía, a nivel empresarial y del país.
VV: ¿De qué modo Common Pitch Chile puede aportar al debate y al encuentro de conceptos tan importantes como política y ecología?
MG: Bueno, haciendo precisamente lo que está haciendo: abrir un espacio multidisciplinario e internacional de diálogo abierto y desprejuiciado que nos ayude a todos a pensar de formas nuevas en soluciones para problemas que ya son demasiado antiguos.
Link: Al Gore viene a Chile: Se premiará un proyecto con 17 millones de pesos ¡Postula Ahora!