Para Eduardo Soto, ingeniero eléctrico, el Sol es su pasión. O mejor dicho, los usos que se pueden dar a la energía proveniente del astro rey. Debido a esta pasión, primero armó un triciclo fotovoltaico que corrió en el salar de Atacama y hoy, gracias a la ayuda de la Fundación Chile, construyó una bicicleta solar.
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Impulsada mediante pedaleo y energía eléctrica, la gracia de la bici es una batería solar que se alimenta mediante paneles fotovoltaicos y así alimenta un motor de 500 Watts de potencia. La bicicleta se carga en una estación solar mediante un cable y para que rinda aún más, posee dos baterías: una que se usa al moverse y otra que se deja cargando. De acuerdo a Soto, una carga permite una autonomía de 25 kilómetros y velocidades de entre 20 a 40 kilómetros por hora.
Por el momento, esta chancha eléctrica sólo está disponible en la Fundación Chile, que inició un plan piloto con dos de estas bellezas.
Fuente: Bici solar ahorra plata y malos ratos al ir a la pega (LUN)