Parece que el peor futuro que alguna vez imaginamos ya está aquí. Esto por que sorprendentemente el turismo de contaminación está siendo cada día más popular, y por supuesto… se van sumando nuevos centros de toxicidad.
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El destino favorito de los turistas de la contaminación es la ucraniana Chernobil, ciudad fantasma que hace 25 años sufrió una de las peores catástrofes nucleares de la historia. Cuando el reactor nuclear número 4 explotó provocando una contaminación tan grave que obligó el desalojo de sus 50 mil habitantes. Actualmente unos 2500 trabajadores reparan la ciudad y cientos de turistas visitan la zona, con guía turístico y todo.
Aunque las autoridades aseguran que las visitas no son peligrosas para la salud aun hay personas de los alrededores que aseguran sufrir hasta hoy daños en los fetos, animales y los cultivos producto de la radiación.
En Los Ángeles, Estados Unidos, los tours se realizan por Huntington Park, Long Beach, Bell, Vernon y Wilmington. Un bus recorre refinerías de petróleo, fundidoras de metales, fabricas con gran emisión de partículas tóxicas, etc. Entre las paradas más populares destaca “El pueblo asmático” uno de las localidades donde una buena parte de los habitantes sufre alguna enfermedad respiratoria. Estos recorridos son gestionados por la organización “Communities For A Better Enviroment” (CBE), que busca concientizar a la población sobre el medio ambiente logrando detener la construcción de una central eléctrica y removiendo algunas fabricas de las zonas residenciales.
Alguna vez México gozó de tener unas paradisíacas cascadas llamadas El salto de Juanacatlán, ubicadas en pleno Jalisco, por desgracia las gran cantidad de fabricas instaladas cerca del río comenzaron a verter sus desechos tóxicos, convirtiendo a las cascadas en una espuma pestilente de basura y enfermedad. El movimiento “Un Salto de Vida” ha organizado recorridos para que los visitantes conozcan que sustancias toxicas caen en las cascadas y lo perjudiciales que son para los seres humanos y el medioambiente.
Cabe señalar, que el turismo de la contaminación no busca sacar dividendos de la devastación del planeta, más bien es una buena instancia para educar a la población sobre los peligros de la contaminación y la importancia de tener un aire y agua limpia en todo el mundo. Nada mejor que ver con nuestros propios ojos el planeta donde no queremos vivir para comenzar a actuar.
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Fuente: Destinos contaminados: el turismo que viene (Pijama Surf)