Los primeros estudios sobre longevidad llevaron a los científicos a la conclusión de que la esperanza de vida de una criatura era proporcional a su masa corporal y ritmo cardíaco. Bajo ese prisma, “el elefante, grande y lento, sobrevive al pequeño y rápido ratón”, explica en un reciente artículo de la revista Scientific American el investigador Fred Guterl.
Pero estos pequeños y longevos organismos -como las ratas topo, que viven hasta 28 años- están cambiando (y complicando) lo que se sabe de la vida y su duración. En la siguiente infografía se compara la vida útil de 10 organismos y los variados factores biológicos que los científicos creen que inciden en su prolongada vida. Según Guterl, el nuevo barómetro biológico para medir el tiempo de vida de un organismo es su producción total de energía.
“Cuando los científicos observan especies particulares, el tamaño no se correlaciona bien con la vida”, explica el investigador, “aunque muchas veces el crecimiento rápido se asocia con una longevidad reducida”.
En la gráfica es interesante notar las enormes variaciones en masa corporal relativa y latidos estimados con las esperanzas de vida de los organismos, lo que pone de relieve lo complicado que resulta relacionar determinados factores biológicos con algo como la sobrevida de un individuo. Puedes leer más al respecto en el sitio web de SciAm.