Igual que hace unos días os comentaba que hacer una mermelada era lo ideal para seguir saboreando algunas frutas fuera de su temporada, hoy os tengo que decir que hacer un sofrito (y después una conserva) es lo mejor para poder disfrutar de unos tomates de verdad fuera de su temporada. Así que he pensado en enseñaros cómo hago mi receta de sofrito de tomate y cebolla.
Sobre los ingredientes de la receta hay que hacer una aclaración. Y es que un sofrito de tomate como mejor está es simplemente haciéndolo a ojo. Hay que echar bastante cebolla, y el tomate dependerá del tipo que sea. Los hay con más agua que otros, con más fibra que otros, etc. Lo que sí que debe ser es un buen tomate.
Yo he utilizado algunos tomates de Carabaña que me traje el otro día. Son tomates muy grandes y con gran contenido de agua. Son muy tiernos, a penas se nota la piel, así que los he hecho con todo, pepitas y semillas, pero en la elaboración de indica otro proceder. Si conocéis la materia prima y creéis que se pueden aplicar variaciones a lo que os digo, adelante.
Sobre el tiempo de elaboración ocurre lo mismo. Yo he utilizado unos 3 kg de tomates y 1 cebolla grande. Han hecho falta 5 horas de cocción a fuego lento hasta que ha reducido y espesado lo suficiente. Al final ha quedado poco más de medio kilo de sofrito de tomate. Pero esto, repito como antes, no quiere decir que sea así en todos los casos.
Tiempo de elaboración | 5 horas
Dificultad | Fácil
Ingredientes
- 2-3 kg de tomates
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajos
- Aceite de oliva
- Sal, azúcar y pimienta negra recién molida
Cómo hacer un sofrito de tomate y cebolla
Empezaremos picando bien pequeño la cebolla y los dientes de ajo. En una olla con un poco de aceite los sofreímos, sin que cojan color.
Después pelamos y despepitamos los tomates. Los cortamos en trozos y los añadimos a la olla. Los dejamos cocer a fuego lento hasta que se empiezan a deshacer. En ese momento los pasamos por un pasapurés o un chino.
Volvemos a cocer la salsa resultante hasta que espese y se reduzca. En ese momento sazonamos, rectificamos la ácidez con azúcar si fuese necesario.
Consejos y sugerencias
Si vamos a hacer una conserva con el sofrito de tomate y cebolla lo mejor es que lo dejemos con ese punto de acidez que tiene. Ya lo rectificaremos al quitar la conserva. Además, procurad hacerla en botes esterilizados y después cocerlos al baño María. En mi caso lo he conservado de otra forma, envasado al vacío y después al congelador.