Probablemente existen más de 100.000 variedades diferentes de arroz en el mundo, variedades todas ellas que pertenecen a dos subespecies de Oryza sativa. Por un lado los arroces de tipo índica que se cultivan en tierras tropicales y subtropicales y tienen gran cantidad de almidón y son de grano largo y fino. Y los de tipo japónica que crecen en tierras altas en zonas de trópicos y en climas templados, tienen menos almidón y son de grano corto y redondo.
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El arroz que tenemos hoy entre manos es una variedad de grano del tipo índica y es de una de las familias de esas subespecies de arroz que existen. Tendríamos clasificaciones según el tamaño del grano de arroz; largo, mediano y corto. Según el almidón tendríamos el arroz pegajoso. Según sus aromas tenemos los arroces aromáticos como por ejemplo el jazmín, el basmati o el della. En un último gran grupo tenemos los arroces pigmentados, y entre ellos destaca el arroz rojo y el arroz morado oscuro.
En este último grupo, el de los arroces pigmentados hay que decir que se trata de arroces a los que se le deja las capas de salvado externas. Estas capas son ricas en unos pigmentos llamados antocianinas. Al tener esta capa el arroz es muy rico en fibra, en vitaminas y minerales. Nutrientes todos ellos que el arroz blanco no tiene.
Y para que os hagáis una idea dentro de los arroces rojos hay diferentes tipos en los que varía principalmente la cantidad de almidón. De esta forma tenemos arroz rojo tailandés de clase índica que queda suelta tras la cocción y el arroz rojo de Bhután que queda ligeramente pegajoso. Y es que este tipo de arroz se cultiva en todo el mundo y en todas las latitudes.
Este tipo de arroz se suele encontrar muy fácilmente en tiendas de productos asiáticos. La cuestión es ya encontrar la clase de arroz rojo que quieras. Hay algunas que cuentan con Denominación de Origen, como son el arroz rojo francés o los mencionados anteriormente.
Para elaborarlos, eso sí, requieren como cualquiero arroz “integral”, es decir los que conservan el salvado externo, mucho tiempo, al menos unos 40 o 45 minutos. Y eso sí, no esperéis que conserven el mismo color rojo, por lo general pierden bastante.