En 1996 la soja transgénica fue introducida en Argentina gracias al entonces Secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos Felipe Solá, quien firmó el expediente administrativo que incluyó 136 folios de los cuales 108 pertenecen a informes presentados por la transnacional de semillas transgénicas Monsanto.
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Lo sospechoso fue que para ser una decisión tan importante para la economía, la producción agropecuaria y salud de Argentina, la aprobación ocurrió en tiempo récord: solo 81 días, y la Secretaríade Agricultura ni siquiera se dio el trabajo de traducir dicho informe llamado “Safety, Compositional, and Nutricional Aspects Glyphosayte-tolerant Soybeans”. Este movimiento levantó muchas suspicacias ya que por lo general una decisión de ese nivel tarda meses o años en ser discutida, mientras se investigan los pros y contras.
El mismo día que se firmó la autorización, varios organismos técnicos mostraron preocupación por los efectos a la salud que traería la soja transgénica de Monsanto, que entre sus características destaca por ser resistente al herbicida glifosato, por lo que deben administrarse dosis mucho más altas, siendo que es uno de los más potentes y que incluso se le ha imputado ser el causante de la disminución de las abejas. Por eso los expertos pidieron más informes sobre esta semilla y sus efectos en Europa, aunque no sirvió de mucho porque Solá se adelantó a firmar antes de conocer más información, concurriendo en varias irregularidades en los procedimientos administrativos, especialmente en los informes sobre los “efectos no deseados”.
Recién ahora se están conociendo los verdaderos efectos que provocan las plantaciones de soja transgénica, que debieron conocerse mucho antes de introducir esta semilla, si se hubiesen hecho los estudios de rigor.
Según un estudio realizado en la UniversidadNacionalde Buenos Aires por el doctor en medicina de desarrollo embrionario, Andrés Carrasco, El glifosato en dosis muy inferiores produce gravísimas alteraciones embrionarias y reacciones virulentas. El informe de Carrasco, tentaba contra inversiones de millones de dólares por lo que fue desclasificado por las autoridades e incluso por la prensa que describió el informe como un “supuesto estudio científico”. Además el doctor fue intimidado por la escuela de Medicina, abogados y otras partes
“Si yo sé algo no me voy a callar la boca. En todo caso pongo en juego mi prestigio entre mis pares. Si lo que digo es falso, yo resultaré perjudicado, si es verdad, compartamos los beneficios del saber”. Exclamó Carrasco en una entrevista.
Otro estudio más reciente elaborado por el ingeniero agrónomo Alberto Lapolla, relaciona al dengue con la soja transgénica argentina, ya que advierte una invasión de mosquitos (Aedex y Culex) en épocas inhabituales. Además, el experto señala que producto de la invasión mosquitera en la “ República Unida de Soja”, en el 2007 y 2008 hubo brotes de fiebre amarilla en Bolivia, Paraguay, Brasil y Argentina, donde también existe el poroto transgénico que también se fumiga con gliosofato y las toxicas 2-4-D, Atrazina, Endosulfán, Clorpirifós, Diquat y Paraquat, que según Lapolla “matan peces y anfibios, sapos, ranas, etc., es decir los predadores naturales de los mosquitos” como el dengue, que tiene posibilidades mayores de proliferar afectando la salud humana y de otros mamíferos.
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La desaparición de la población de anfibios en la pradera pampeana, se une a la grave contaminación de sus recursos hídricos principales: ríos, arroyos, lagunas y bosques.
De todos modos, aunque se hagan todos los estudios de rigor es muy difícil adivinar como se comportará una especie transgénica, lo mismo ocurre cuando se insertan especies de otro país en un geografía completamente diferente, o cultivos que tienen relación con una megaindustria. El sur de Chile esta lleno de plagas de bichos e insectos que están arrasando con las forestales. Las mismas empresas que trajeron árboles de crecimiento rápido desde otras latitudes hoy pierden millones de dólares producto del caos en el ecosistema que deja este tipo de apuestas. La avispa taladradora causa un impacto tan que produce incendios dada la sequía que genera, ya que los árboles consumen más agua al ver afectada su sobrevivencia, lo que seca las napas subterráneas. También tenemos el caso de el salmón del Fiordo de Aysén, especie introducida con graves consecuencias que hicieron proliferar el virus ISA al hacerlos resistentes a los antibióticos.
Como ven, más allá de ser una teoría conspirativa, la naturaleza parece vengarse con sabiduría de lo que el hombre hace con intereses que no contribuyen a la protección del planeta.
Links: Campesinos argentinos exigen que el Congreso frene los desalojos en las tierras indígenas
Fuente: Argentina: escandaloso expediente de la soja transgénica (Sur y Sur)