Hace tiempo que venimos escuchando de las múltiples beneficios para el organismo que proporciona el consumo de semillas de Chía, por eso en este post quisimos profundizar un poco en el origen de esta “súper” semilla y cuáles son sus propiedades.
La Chía es de origen americano y viene de la planta mexicana Salvia Hispánica. Y aunque hace poco se ha puesto en boga por ser un alimento completísimo, ha sido consumida desde hace siglos por los indios nativos de América, los que la consideraban parte de su alimentación básica ya que les aportaban todos los aminoácidos esenciales.
La periodista Diana Plasencia del blog Oveja Verde, afirma que la Chía es un alimento fundamental para la dieta de un vegetariano, pero que hasta el momento sólo las había consumido de vez en cuando mezcladas con otras comidas porque no conocía en profundidad todos sus beneficios. Y en realidad estos son tantos que cualquier persona debería incluirlas en su alimentación diaria, ayuda a controlar y prevenir el colesterol, mantiene bajos los niveles de azúcar, reduce la presión arterial, combate el envejecimiento y deterioro de los tejidos, etc.
Las semillas de Chía tienen un alto contenido de proteínas, entre un 19% a 23%, superando a otros granos como el trigo (13,7%), el arroz, la avena o el maíz. Y lo mejor es que sus proteínas son libres de gluten, por lo que son aptas para celíacos. También tienen un altísimo contenido de Omega 3, un ácido graso esencial, y son fuente de vitamina B, calcio, fósforo, potasio y zinc. Además, se absorben fácil y rápidamente en el organismo, son ricas en fibra y tienen propiedades antioxidantes.
Según Plasencia, “la Chía es considerada un ‘suplemento dietético’ por la FDA (Food and Drug Administration, USA), ya que tiene 100% más potasio que el plátano, 100% más fibra que cualquier cereal en hojuelas, 200% más hierro que la espinaca, 700% más Omega 3 que el salmón del atlántico, 800% más fósforo que la leche completa, 500% más calcio asimilable que la leche y 1400% más magnesio que el brócoli, entre otros beneficios”.
La recomendación es consumir una cucharadita de semillas de Chía a diario, puede ser en la mañana junto a un yogurt o un jugo natural. Su sabor es más bien insípido y son tan pequeñas que sirven para mezclarlas con otras comidas también. Para prepararlas hay que dejarlas remojando por lo menos durante 30 minutos en agua y listo. Otra opción es comprar semilla de Chía instantánea molida.
Fuente: “Semillas de Chía: un súper alimento” (Blog Oveja Verde, El Comercio)