El Offshore Membrane Enclosures for Growing Algae (OMEGA por sus siglas en inglés) es una propuesta de la NASA para producir biocombustibles para los aviones, en la que desarrollan el cultivo de algas de agua dulce, al capturar dióxido de carbono y producir el biocombustible, a través de tubos de plástico flexibles que flotan en el agua de mar y contienen algas de agua dulce -que se desarrollan en aguas residuales y son las plantas que más rápido crecen en el planeta-.
La idea de utilizar algas surge porque éstas son capaces de producir energía a partir de dióxido de carbono y de los nutrientes de las aguas residuales, con lo que generan una biomasa que puede ser convertida en biocombustible, o incluso en fertilizante y alimentos para animales. Además, las algas tienen la capacidad de limpiar las aguas residuales porque eliminan compuestos que, de no ser por ellas, contribuirían a la formación de las llamadas zonas muertas marinas.
La finalidad de este proyecto con biocombustibles aeronáuticos es que sustituyan el uso de combustibles fósiles, lo que reducirá la emisión de gases de efecto invernadero y la acidificación de los océanos. Por ahora sólo siguen las investigaciones -que ya llevan dos años y 10 millones de dólares invertidos– para hacer más viable el proyecto a gran escala y abrir el camino para que se comercialice, pues se requiere una gran infraestructura de tuberías y de transporte de productos, de la cual los científicos y expertos aún no han podido calcular exactamente el costo que implicaría una ‘granja de algas’ de gran tamaño. Por lo pronto afirman que según los resultados que han obtenido, con 5 kilómetros cuadrados de granjas de algas se podrían obtener hasta 9 millones de litros de biocombustible al año.
Fuentes: Biocombustibles (NASA)
Biocombustible a partir de algas en el mar (Energías Renovadas)