La glándula pineal ubicada en el hueso epífisis que se encuentra en la parte posterior de la base del cerebro se ha puesto de moda ya que “despertarla” ayudaría a estar más conectados con el Universo. Su función activa la desempeñan los neurotransmisores: mensajeros que mantienen conectadas a todas las neuronas del cerebro.
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Además secreta las hormonas serotonina y melatonina, la primera se relaciona con el optimismo y es estimulada por la abundancia de luz y la segunda se desencadena de la síntesis de la primera estimulada por la oscuridad y se relaciona, cuando no tiene niveles equilibrados, con la depresión y el insomnio.
Estas sustancias se ven afectadas a la llegada las estaciones frías a causa del “acomodo” al que deben estar sujetas. Lo mismo sucede en el cambio de luz que se da hacia la época estival. Mientras hay gente que consigue adaptarse con naturalidad, hay otras tantas que sufren con los cambios de estación del verano al otoño-invierno y desde el invierno hacia la primavera por los cambios en la luminosidad. Esto dado a estas dos hormonas (serotonina y malanina) son “fotoperiódicas”.
Si te sientes un poeta romántico de la talla de Edgar Allan Poe, Victor Hugo o Gustavo Adolfo Bécquer inspirado por las lluvias torrenciales y los días que parecen noches, quizás no sea producto solamente de tu talento sino también de la bioquímica de tu cuerpo. Si no te trae más que problemas, sacar versos te es esquivo y solo lágrimas son lo tuyo, anota bien esta receta.
Para nivelar tus niveles de melatonina consume de preferencia al desayuno avena, cerezas, maíz, vino tinto, tomates, patatas, nueces y arroz, pues son ricos en aminoácidos triptófanos que se encuentran también en los huevos, leche, cereales, chocolates y plátanos.
Para aumentar tus niveles de serotonina debes saber que al tener sexo y solo cuando se produce la eyaculación y el orgasmo, los niveles de esta hormona aumentan considerablemente.
Fuente: La biología que explica la melancolía de los tiempos lluviosos (Bío-Bío)