Un grupo relativamente pequeño de información genética, con algunos datos de hace 60 millones de años, otorgan al tomate todo su sabor y textura. Los secretos de esta fruta, la estrella del verano en jardines y ensaladas, está ahora disponible para los criadores de plantas y horticultores en todos sus detalles.
El Tomato Genome Consortium publicó la secuencia genética de dos tipos de tomates: el “Heinz 1706“, varietal que sirve de modelo para cultivos caseros, y su contraparte silvestre, el Solanum pimpinellifolium.
Este esfuerzo de nueve años ofrece la visión más cercana a los 35.000 genes y 12 cromosomas de los tomates y por extensión, del resto de la familia de plantas. Las dos secuencias también cuentan la historia de la domesticación del tomate, en particular su cultivo inicial en América y la introducción del pomo d’oro al Viejo Mundo en el siglo XVI.
Las secuencias entregan una nueva visión de los genes responsables por el color, sabor y textura característica de los tomates y podría dar a los biólogos nueva información genética para su manipulación, ya sea mediante la cría o terapias.
Los tomates en Estados Unidos constituyen un mercado de unos dos mil millones de dólares al año, según indica Cornell. Es por eso que los científicos a cargo de la investigación creen que “el genoma del tomate ayudará a resolver muchos temas en la producción y calidad de esta fruta”.
La semana pasada, biotecnólogos descifraron el código que da el sabor al tomate mediante el uso de análisis estadístico de las pruebas de sabor, que les permitió aislar dos docenas de compuestos de sabor que controlan la dulzura y la intensidad.
Las dos secuencias de genes del tomate indican que no hay mucha diferencia entre las variedades más sabrosas y aquellos tomates harinosos de los supermercados. Ambos tipos tienen sólo un 0,6% de divergencia de nucleótidos, o 5,4 millones de polimorfismos en un sólo nucleótido, por lo que conseguir mejores variedades puede no requerir tantas revisiones.
Más allá de mejorar el tomate, las nuevas secuencias proporcionarán a los científicos un nuevo sistema para el estudio de sus parientes más cercanos. Muchos de los cultivos de alimentos son familiares directos del tomate, incluidas las papas, el pimiento, la petunia, el tabaco e incluso el café.
Para aquellos interesados en leer la investigación, el paper apareció en la edición del 31 de mayo de Nature.
Fuente: Tomato Genome Decoded, Will Seed Development of Tastier, Fleshier Fruits (PopSci)