Cuando era pequeña solo en los cumpleaños se tomaban bebidas a destajo, quedando con los bigotes bien marcados con el tinte de tan delicioso brebaje. Era un lujo tomar bebidas, no como ahora que son parte de las ingestas cotidianas de calorías. Y claro, por lo mismo resultaron ser la razón esencial de la extensión de la obesidad en el mundo.
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Es por eso que el alcalde de Nueva York ha propuesto la prohibición de todas las bebidas y refrescos de tamaño gigante en los restaurantes, cines, carros de la calle, tiendas de delicatessen, franquicias de comida rápida, y estadios deportivos, para evitar la obesidad. La iniciativa será votada por el concejo municipal de Salud en junio y de ser aprobada entrará en vigor en marzo de 2013.
Quedarían incluidas desde las bebidas energéticas a los refrescos tipo soda o los tés fríos azucarados, además de las bebidas tradicionales y refrescos de 453.600 milímetros. Quedan descartadas los bebestibles con menos de 25 calorías y los de contenido alcohólico. Tampoco afecta a las recargas gratis hechas por el expendedor.
La pregunta que todos se hacen es si servirá para cambiar un hábito tan común en la cultura del norte, considerando que no se puede prohibir también que cada persona compre más de una bebida…Todo habría comenzado con este comercial de 1987 de 7-Eleven que por ser una tienda de abarrotes o supermercado no estaría sujeto a la prohibición de ventas de su producto estrella, el Big Gulp :
En Estados Unidos, en el año 2009, había 6,378 franquicias. hay que considerar que anualmente se ponen a la venta 940 franquicias.
Pese a todo esto el alcalde ha hecho hincapié en que “La obesidad es un problema nacional y en todo Estados Unidos, los responsables de salud pública se lamentan y dicen que es terrible” y que por lo tanto proseguirá con la medida ya que según manifestó “Nueva York no es un lugar para retorcerse de manos, aquí se hace algo… Creo que es lo que la gente quiere que haga el alcalde”.
Veremos qué resulta de todo esto. Muchas veces estas medidas resultan ser solo un saludo a la bandera si no existen políticas públicas que cambien los hábitos profundamente en una sociedad cada vez más resuelta a aceptar la chatarra y el sedentarismo como el status quo imperante.
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Fuente: New York’s Supersized Soda Ban Doesn’t Reach Big Gulp (Treehugger)