“Porque siempre hay tiempo” dice una canción y en efecto, este existe hasta que la muerte consigue su fin. Antes de que esto suceda la vida continua y con ella ciertas miserias de las que nos tenemos que hacer cargo. Con mayor facilidad nos logra enternecer un cachorro, de la especie que este sea, consiguiendo que lo adoptemos contrayendo el especial y comprometido vínculo de la tenencia responsable.
No obstante, hay muchos que nos ha complicado bastante el hecho de que sean pequeños, frágiles, que tengan problemas de comportamiento y que haya que enseñarle hábitos de limpieza. Eso es una buena razón para adoptar mascotas “senior” aunque hay una mucho más poderosa: el abandono.
Una mujer dio a conocer un emocionante testimonio de cómo salió de la depresión yendo a un Centro de Ayuda para Animales con el fin de adoptar un gato. Brittany adoptó a Homero de 13 años de edad y su vida se llenó de este maravilloso amigo. Un año más tarde le tocó la difícil tarea de ayudarlo a morir a causa del cáncer que sufría.
Acá aparece el tierno Homero con su generosa dueña:
La británica explica ” Es un cliché, pero los clichés existen por una razón. Homero me enseñó cosas sobre mí que, en esa coyuntura depresiva en mi vida, nadie más podría haber ayudado a entender. Hice cosas que no sabía que yo era capaz de hacer, como darle líquidos por vía subcutánea a través de un ion IV de la mesa de la cocina sin que nadie estuviera allí para observar”.
Pero sus fuerzas y su cariño fueron más allá cuando nuevamente decidió compartir su vida con un nuevo gato viejo. La soledad y la futilidad de su vida se acabaron, siendo colmada por el profundo cariño a Cloe, una enorme gatita de 10 años que encontró en la Sociedad Protectora de Animales. Ambas se encontraban en duelo. La mujer por Homero, recientemente fallecido y Cloe que había perdido a su hermano gato y a su mamá humana, según aparecía en su tarjeta de identificación.
Cloe, la gigantesca gata que continúo la posta de amor
Los fuertes maullidos fueron aplacados luego de que fuera tomada en brazos, dándose una relación mágica. Nuevamente fue un año lo que alcanzó a estar ronroneando y transmitiendo su afecto, Cloe murió, dejando sumida en la depresión a su abnegada dueña y a su esposo Andrea. Es por eso que nuevamente acudieron a un refugio de gatos en Copenhague, donde vivían en ese entonces para encantarse con Malcolm, un gato de smoking con una cicatriz en forma de X sobre su cuello.
Este es el gracioso Malcolm que goza hasta ahora, de muy buena salud:
A pesar de tener 10 años al momento de su adopción, a corrido mejor suerte que sus antecesores. Lleva tres años junto al matrimonio y tiene buena salud lo que no es excusa para el aprensivo cuidado de sus cariñosos dueños que ahora piensan que un perro podría ser un buen amigo para este gato viejo.
Concluye luego del relato de esta emocionante experiencia que “una y otra vez, mis mascotas han demostrado que la edad es a menudo sólo un número.” Porque tener estos maravillosos amigos en la casa es algo tan poderoso que imprimió en esta mujer el deseo de volver una y otra vez con toda la buena voluntad, a adoptar una de estas mascotas senior.
Un ejemplo de consideración con la vida que no solamente comienza en un punto, sino que se desarrolla y termina. Esas etapas son tanto o más importantes, sobretodo cuando pensamos que hay tantos animales que son desechados cuando comienzan a dar problemas, y otros tantos tienen que habitar en las calles a lo largo de toda su vida. ¡Considera la adopción de mascotas viejas!
Fuente: FIGHTING AGEISM: WHY I ADOPT SENIOR PETS (Xojane)