Aunque la idea de mantener animales en pequeñas jaulas, por más adaptadas que estén para que se sientan cómodos, no me parece lo mejor del mundo, tengo que reconocer que una de las primeras y más bonitas experiencias que recuerdo de mi niñez fue visitar el zoológico. Y es que ese primer encuentro, cara a cara, con majestuosos animales que de ninguna otra manera hubieses podido conocer, te marca de alguna forma.
Lo bueno es que muchos de los zoológicos no son solo santuarios y vitrinas para mostrar a los animales, sino que también trabajan en programas de rehabilitación, reproducción y cuidado de diferentes especies; así que no todo está tan mal.
En la ciudad de Gaza, sin embargo, las cosas son un poco diferentes. Debido al bloqueo y conflictos en el Medio Oriente, con el paso de los años, el zoológico ha disminuido notablemente el número de ejemplares que se exhibían en él; y debido a que no pueden pagar traer nuevos animales -por el costo de adquirirlos y además de alimentarlos dignamente- se han visto en la necesidad de utilizar a sus viejos inquilinos, pero disecados, para que las jaulas no se queden vacías.
La experiencia debe ser un poco menos reconfortante que una visita a un zoológico normal pero ¿estará mal que utilicen a estos animales? Si realmente no pueden proveerles una vida digna, al menos debemos reconocer que están siendo honestos al respecto. O tal vez el dueño no quiere dejar de tener visitantes. Lo dejo a su criterio.
Fuente: In Gaza Zoo, Stuffed Animals Join Live Ones (Huffington Post)
