El fracturamiento hidráulico se ha disparado en Estados Unidos con el fin de extraer de las entrañas de la tierra, el gas natural y el petroleo. Esta actividad estaría relacionada a enjambres sísmicos según el Servicio Geológico de EE.UU (USGS).
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En agosto pasado, un informe del USGS examinó un grupo de terremotos en Oklahoma informando que poco después de fracturamiento hidráulico comenzaron a ocurrir pequeños terremotos. Más de 50 fueron identificados, de los cuales 43 eran lo suficientemente grandes para ser localizados. La mayoría de estos sismos ocurrieron en un período de 24 horas , después de que las operaciones de fracturamiento hidráulico habían terminado.
Esto se provocaría mediante la inyección de una mezcla fluida en la tierra para liberar el gas natural (o aceite). Los movimientos estarían siendo causados entonces por la reinyección de la salmuera a gran profundidad.
En un documento que se entregará en la reunión anual de la Sociedad Sismológica de América, el USGS señala que hay “un notable incremento en la tasa de [3.0] y magnitud y que los terremotos más grandes se encuentra actualmente en progreso”.
El estudio encontró que la frecuencia de temblores comenzó a subir en 2001 a través de una amplia franja del país entre Alabama y Montana. En 2009, hubo 50 movimientos de magnitud superior a 3.0 y 87 sismos en el 2010. En 2011 fueron 134 sismos; un aumento de seis veces respecto a los niveles del siglo 20.
Según la Administración de Información de Energía, la producción de gas creció casi 50% entre 2006 y 2010. Los científicos del USGS señalan que los sismos están fuera de los ajustes volcánicos y en la ausencia de un sismo principal, y que no habían en esta región, llegando a la conclusión que “los cambios en la tasa de sismicidad que se describen son casi con seguridad provocados por el hombre“.
Queda por determinar cómo se relacionan a estos cambios las metodologías de extracción o la tasa de producción de petróleo y gas.
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El año pasado, el Departamento de Energía estableció un comité para examinar la gama completa de los impactos ambientales de fracturamiento hidráulico. A los sismos se suma el impacto de la fuga de metano en el calentamiento global, por la perforación del permafrost (o hielos milenarios), que almacena en sus capas superiores, grandes cantidades de CO2 y metano, dos de los gases más contaminantes. Es por eso que deberán revisar también la autorización que el Presidente Obama dio a Shell para comenzar sus operaciones en el Ártico.
El segundo paso, luego de las investigaciones, es diseñar un modelo de mitigación, para que la actividad extractiva reduzca su impacto en el medio ambiente.
Ciertamente, lo ideal sería tener la meta de Dinamarca, que ya se ha propuesto para 2050 prescindir absolutamente de combustibles fósiles, desterrando al petróleo de sus matrices energéticas.
Fuente: Shale Shocked: ‘Remarkable Increase’ In U.S. Earthquakes ‘Almost Certainly Manmade,’ USGS Scientists Report (Think Progress)