Desde hace mucho tiempo, casi desde la conquista, y especialmente después de la Revolución Industrial, que lo países ricos han oprimido a los países pobres. Antes, se aprovecharon de la diferencia cultural, y una vez que saquearon las tierras, les dieron independencia como naciones, pero no sin antes dejarlas ligadas a deudas con altos intereses que hasta hoy existen, como por ejemplo, la famosa “deuda externa”.
Pero ¿Qué pasaría si en vez de económica, la deuda fuese ambiental? Si hablamos de daño ambiental, serían sin duda los países ricos los que le deberían a los pobres, ya que han causado, y causan un daño incesante en el territorio “tercermundista”. Un daño mucho más costoso que lo que ellos reclaman en dinero actualmente.
Es justo que la deuda ecología se pague, ya que hasta hoy los países del tercer mundo tienen que entregar sus materias primas, recursos, servicios, etc. Y todo eso que se entrega a tan bajo precio, tiene un costo invaluable.
Para que los países desarrollados puedan contar con un amplio stock de alimentos, las naciones pobres explotan el suelo más allá de su capacidad, el terreno pierde calidad y el agua escasea. En cambio a la inversa, lo que nos envían los países ricos es basura, sí. Muchos terrenos de este lado del mundo son utilizados como vertederos de algunas empresas transnacionales contaminantes, que por leyes medioambientales ya no pueden operar en sus países.
Por otro lado, las potencias que más ganan, son las más industrializadas y las que generan más consumo energético, por ende son mayores contribuidoras del efecto invernadero y del cambio climático. Un problema que no sólo afecta al “primer mundo” si no que a todo el globo, especialmente a los países del caribe, que son justamente los que tienen menos infraestructura para soportar las inclemencias del clima. ¿Quien se hace cargo de eso? ¿Acaso les han perdonado la deuda histórica?
La idea de intercambiar la deuda económica, por la deuda ambiental, permitiría a las naciones más desposeídas escaparse un poco del subdesarrollo. Esta idea no es tan descabellada, ya que desde los mismos países neoliberales , que tanto gustan de comprar y vender, surgió la idea de la venta de los bonos de carbono. ¿Que pasaría si África y Sudamérica cobraran, bonos de carbono por el todo el daño causado a los bosques y a las plantas nativas de su tierra?
Fuente: La deuda ecológica que los países ricos deben a los pobres (Ecología Verde)