El núcleo supraquiasmático es un centro primario de regulación de los ritmos circadianos mediante la estimulación de la secreción de melatonina por la glándula pineal. Este proceso es el que lleva a definir nuestro reloj biológico. Nuestros tiempos para despertar y para dormir, en términos simples.
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Este ordenamiento guarda relación con cada organismo en particular, es por eso que hay personas que alcanzan su equilibrio siendo nocturnas, y otras por el contrario, aprovechando los primeros rayos del sol. Hay las que, como el metabolismo, deben dormir durante pequeñas porciones de tiempo, para estar cómodos.
Pero todo lo anterior, producto del diseño del mercado laboral y las instituciones de instrucción, se hace absolutamente impracticable. Sin embargo, demuestra que la canción chilota que reza “levántate hombre flojo, sale a pescar, sale a pescar, que la marea está linda pa navegar, pa navegar”, está completamente errada. El hombre no es flojo por no levantarse temprano. Solamente su reloj biológico esta en una coordinación horaria distinta.
Pero ¿Cómo acostumbrarnos a los flujos de la matrix?
Jean Matheson, especialista en desórdenes del sueño del Centro Médico de Nueva York, plantea que no se debe dormir demás los fines de semanas porque nos desprogramamos y “perdemos el ritmo natural”. Su recomendación entrenarse colocando 15 minutos antes la alarma del despertador.
Algo doloroso para los remolones, esos que de estar libres como una paloma, abriríamos los ojos sólo para descubrir la belleza que no está en los sueños.
Fuente: ¿Porqué nos cuesta tanto levantarnos por la mañana? (El Rincón de la Ciencia y Tecnología)