El descontrol en África es un clásico lamentable. Siempre nos enteramos cuando ya es demasiado tarde y la gravedad de los acontecimientos ya lo ha convertido en portada. La guerra por el Coltán en el Congo , los denominados “diamantes de sangre” en Angola y Sierra Leona, o los cazadores furtivos que se apoderan del marfil de los colmillos de los elefantes.
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Hoy en Camerún, la situación que se vive es sin dudas espantosa. Una horda de 50 feroces cazadores furtivos, pertenecientes a una milicia y provenientes de Chad y Sudán , se tomaron el pasado 13 de febrero el Parque Bouba N’djida donde existen según estimaciones, unos 600 ejemplares, de los cuales ya se han dado muerte a más de 250 elefante, decapitándolos con ayuda de una Kaláshnikov, para apoderarse de sus colmillos.
Aprovechándose de la profunda pobreza que vive el pueblo, consiguen la aprobación vendiendo la carne del paquidermo a precios que resultan accesibles. De esta forma, nadie se escandaliza ante la barbarie provocada por el mercado negro amparado en la medicina tradicional china, que ya sabemos, busca obtener salud a costa de las aletas de tiburón, los cuernos de rinoceronte, o la bilis de osos.
Y a pesar de que el tráfico de marfil está prohibido desde hace 22 años, en 2011 se confiscaron 23 toneladas de colmillos de elefantes, una cantidad que equivale a unos 2.500 paquidermos muertos.
Esto pone en riesgo absoluto a este colosal animal, amenazándolo con la extinción. Una pena.
Fuente: Camerún vive una masacre de elefantes (Antena3)