Muchos estamos de acuerdo en que nuestro hogar necesita verde. Yo soy de la teoría que mientras más verde mejor, y si pudiera convertir mi casa en una pequeña selva tropical valdiviana lo haría feliz.
Claro que no tengo tanto espacio y mis perros también tienen su propia opinión sobre el papel de los árboles y plantas como juguete, por lo que estoy sometido a ciertas restricciones en ese sentido.
Como de todos modos tengo muchas plantas dentro y fuera de la casa, y como dije tengo perros, un gato y un hijo que se echa de todo a la boca, hice una pequeña investigación para determinar algunas plantas comunes, presentes en muchos hogares tanto en Latinoamérica como en España, cuya toxicidad es ignorada por el común de las personas.
A veces es irrelevante porque nadie ha intentado hacerse una ensalada de Philodendron y no es común intoxicarse con él, pero ¿qué pasa si un niño o una mascota come un pedazo? Es mejor saber qué venenos tenemos en casa.
Philodendron o Filodendro
Hay como 700 especies de filodendro distintas. Algunas se dan sólo en regiones tropicales, otros se adaptan a climas más secos y frios. Unos son mejores como plantas de interior y otros prácticamente “trepan” los árboles y viven gracias a sus raíces aéreas.
En resumen, el filodendro a esta altura se encuentra en todo el mundo y mientras nadie se lo coma, cero problema. Pero si alguien piensa en hacerlo ensalada, ojo, todas las partes de la planta son veneno.
Raíces, tallo, hojas, todo contiene oxalato de calcio, un cristal de carbono cuya estructura microscópica tiene la forma de pequeños cristales.
Un poco de oxalato de calcio produce ardor en labios y boca. Un poco más va generando progresivamente dolor estomacal, afonía (porque irrita sobremanera la garganta) y, en cantidades mayores, convulsiones, pérdida de conciencia y muerte. Pero incluso aunque no ocurra la muerte la persona puede quedar con insuficiencia hepática o renal crónica.
Dieffenbachia o difenbaquia
También existe en muchas versiones —no tantas como el filodendro— y es muy buena como planta de interior porque casi no necesita luz y es muy atractiva visualmente. A semejanza del filodentro, está también repleta de oxalato cálcico. A lo mejor repleta es una exageración, porque es menos tóxica.
En la práctica sólo genera picazón, enrojecimiento de las mucosas y pérdida de la voz por algunas horas. Otras plantas con cristales de oxalato de calcio comunes son las calas, la oreja de elefante y el manto de eva.
Hortensia
Esta planta da una flor que se organiza en conjuntos con forma de crespón. Es una planta magnífica y las flores son bellísimas, pero tanto las hojas (en baja concentración) como las flores (en mayor concentración) contienen un compuesto llamado hidragina, un glucósido cianógeno.
Los glucósidos son un compuesto en donde una molécula de carbohidrato está unida a un grupo de alguna otra clase. En otras palabras una parte es azúcar y la otra puede ser de muchos tipos. Generalmente los glucósidos se usan para extraer el otro compuesto mediante hidrólisis y hay medicinas que se sintetizan de esa manera.
En el caso de la hortensia, la molécula de azúcar está única a un ciánido, pariente del cianuro. Como la ingestión no conlleva hidrólisis la molécula de cianuro no llega a liberarse al torrente sanguíneo en general, y sin embargo hay casos documentados de personas, perros y hasta caballos intoxicados con hortensias.
Salvia Divinorum
Esta no es la misma planta que la salvia que se usa en la comida. La Salvia Divinorum presente en muchos jardines contiene salvinorina, un alucinógeno y onirógeno muy potente. No tan potente como el LSD pero claro, el LSD es artificial. La salvinorina es, en cambio, el más potente encontrado en la naturaleza.
Se usaba como infusión para las prácticas chamánicas y la adivinación. Actualmente hay quienes la usan para fines recreativos. Sea a propósito o por consumo accidental, en dosis altas esta planta genera un estado alterado de conciencia que puede derivar a alucinaciones terroríficas, automutilación, episodios sicóticos puntuales y en algunos casos permanentes.
Floripondio, Trompeta de Ángel
Esta planta, del género Brugmansia, existe en toda Centro y Sudamérica con distintos nombres. Es un arbolito muy atractivo y sus flores son grandes y coloridas. Por su mismo atractivo se dan casos donde niños las arrancan y saborean pensando que son dulces como la flor del acanto.
Resulta que el floripondio tiene alcaloides tropánicos, un compuesto nitrogenado presente por ejemplo en la atropina y la cocaína. El más notorio es la escopolamina que deprime el sistema nervioso central. En pequeñas dosis la escopolamina se usa en medicamentos para el párkinson, pero en altas dosis produce parálisis, sicosis, alucinaciones y eventualmente la muerte.
Como en el caso de la Salvia Divinorum, no se sabe la dosis o qué concentración hay a priori, las personas que ingieren el floripondio para fines recreativos o chamánicos suelen llegar a los centros de urgencias con severas automutilaciones.
Laurel en flor, adelfa o trinitaria
Es una especie perenne y de floración frecuente, por lo que es frecuente su uso ornamental en el jardín. Sus flores huelen como a vainilla y su nombre sugiere una hoja comestible. Craso error.
Las hojas, flores, tallos y semillas son tremendamente tóxicas. Tiene glucósidos cianogénicos como la hortensia, pero le suma por ejemplo oleandrina, un glucósido cardiogénico que genera taquicardia en bajas dosis y en mayores dosis arritmia, paro cardiaco y eventualmente la muerte.
La intoxicación por laurel en flor se presenta varias horas después de la ingesta e incluye no sólo los mentados síntomas cardiacos sino fuerte dolor abdominal, diarrea sanguinolenta, vómitos, ataxia motriz y disnea.
Dicen que un regimiento de Napoleón, cuando ocuparon España, usó estacas de laurel en flor para asar lo que habían cazado. Varias decenas de soldados murieron intoxicados.
Lilium, lirio, azucena
El consumo de sus hojas es altamente tóxico para gatos, al punto de provocarles la muerte o bien insuficiencia renal crónica. Como no es realmente tóxica para humanos, nunca nadie se ha molestado en determinar el compuesto activo que explica su nocividad felina. Linda cosa.
Ricino
Creo que a las generaciones actuales ya no les tocó beber aceite de ricino como tónico o vitamínico, pero la planta sigue presente en muchos hogares.
La semilla es muy, muy venenosa y si el mentado aceite no lo era es porque en su fabricación se extrae la ricina, una proteína sumamente tóxica que provoca diarrea, vómitos e hipotensión, pero su efecto más dañino es que se une a los ribosomas de las células, impidiendo la síntesis de proteínas y generando muerte celular que eventualmente redunda en la muerte del organismo.
Una semilla de ricino puede matar a un gato. Dos a un perro o un niño, y tres o cuatro a una persona adulta.
Tomate
¿Alguna vez plantaste tomates en tu patio o compraste esos tomates “en rama”? Bueno, no se te ocurra adornar la ensalada con unas hojitas o tallo de tomate, porque contiene atropina y otros alcaloides tropánicos.
También tiene un glicoalcaloide llamado tomatina que está en concentraciones tan bajas que no influye en los casos documentados de intoxicaciones. El compuesto aislado químicamente se puede usar como fungicida, eso sí.
Cicuta
La cicuta no es una planta que la gente cultive con algún propósito, pero está presente en casi cualquier sitio eriazo porque crece como maleza. La cicuta contiene cicutoxina, un estimulante del sistema nervioso central que en altas dosis provoca convulsiones y muerte por paro cardiorespiratorio.
El filósofo Sócrates, impulsor de una escuela de pensamiento y maestro de Platón fue acusado por las autoridades de “corromper a la juventud” con sus ideas, y recibió la orden de suicidarse bebiendo una copa de cicuta. A sabiendas de que era una medida injusta, antes de beber la copa dijo: “mejor ser víctima de una injusticia que autor de ésta”.