En marzo de este año, en Veoverde estuvimos atentos a lo que pasó en la escuela La Greda, que está inmersa en uno de los lugares más contaminados de Chile, en Ventanas, comuna de Puchuncaví, Región de Valparaíso. El 23 de marzo una nube tóxica ingresó a la escuela y 20 alumnos junto a 7 profesores terminaron intoxicados e internados en la urgencia del consultorio local. A más de 4 meses, y con las industrias funcionando igual que antes, los alumnos han vuelto a clases en el mismo lugar.
Después de que los profesores y apoderados de la escuela protagonizaran protestas donde incluso cortaron los caminos, la autoridad tomó cartas en el asunto y los ministerios de Salud y Medio Ambiente exigieron un plan de mitigación a las industrias, agrupadas en ASIVA, exigiéndoles que cada 15 días sellen y limpien la escuela La Greda. Esta limpieza no se hace hace 1 mes y medio.
Los estudiantes y profesores han declarado a los medios que, al pasar la mano por las ventanas o por el suelo, las manos quedan manchadas con un polvillo negro, mientras que los estudios del ISP confirmaron que ese polvo contenía metales pesados, elementos peligrosos para la salud humana, y sobre todo para la de los niños.
La burocracia a dado justificaciones a las empresas responsables, entre ellas CODELCO, y aseguran que el contrato para realizar la limpieza de la escuela es de una empresa de servicios que se adjudicó la tarea a través de una resolución sanitaria, no habiendo claridad acerca del fin del plazo.
Lo que cuesta un poco entender es por qué desde el ministerio de Educación no se ha tomado una medida más tajante al respecto, en un caso que tuvo repercusión nacional y que afecta a los que, se supone, son el futuro de nuestro país. Claro que no somos un país que pueda darse demasiados lujos, pero construir otro recinto educacional, que no esté tan cerca de las industrias, como se había pensado en algún momento, no sería tan difícil: son 130 alumnos.
Aunque la verdadera solución sería aumentar los estándares de cuánto puede una empresa contaminar, pues en nuestro país parece no haber límite. Por último, recordar que las autoridades no envían a sus hijos a este colegio, y son las familias de escasos recursos las que tienen que soportar la contaminación. Usted, por ejemplo, ¿enviaría a sus hijos a esta escuela?
Vía latercera.com