Cuando se lee que un país va a construir un santuario de la naturaleza de estas magnitudes, se piensa que se hace con fines ambientalistas o de protección, y claro que sí, pero también hay motivaciones económicas de fondo y proteger a los tiburones significa para los hondureños proteger la industria turística, una de las más importantes del país.
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El proyecto se realizará en Roatán, una de las Islas de la Bahía, archipiélago al norte del territorio continental hondureño, y medirá nada menos que 144.840 kilómetros cuadrados. Los principales habitantes de este santuario serán los tiburones bioceánicos, es decir, los que viven en dos ecosistemas marinos distintos, migrando cada temporada.
La inauguración se hizo el día de ayer en Roatán, durante un taller de Turismo Sostenible en el que participaron delegados de varios países centroamericanos. La protección de las especies animales es un tema fundamental para mantener la biodiversidad planetaria, y todos los países deberían hacerse cargo de sus maravillas naturales. En Veoverde siempre celebramos estas iniciativas.
A continuación algunas fotos de este maravilloso lugar:
