Dentro de la recopilación que la revista Times hizo de los animalitos pequeños más sorprendentes del 2010, está el zorro fénec, que habita en el norte de áfrica, en el Sahara y en Arabia. Su pequeño cuerpo, por dentro y por fuera, está perfectamente adaptado a las condiciones extremas de calor y escasez hídrica del desierto: sus grandes orejas le ayudan a enfriar la sangre que corre por ellas soportando así las altas temperaturas, y su sistema renal especializado le ayuda a soportar la falta de agua.
Posee 32 pares de cromosomas en sus núcleos celulares, a diferencia de la mayoría de los zorros que tienen entre 35 y39 pares. No mide más de 25 centímetros de alto y 40 de largo, más una cola de 25cm con la que se abriga al dormir. Sus orejas de entre 10 y 15cms le permiten escuchar el más mínimo movimiento de sus presas, insectos, reptiles, roedores, pequeñas aves, y también la cercanía de sus depredadores. Las madrigueras, en las que pasan largas horas del día a salvo del calor, las cavan hasta 10 metros bajo la arena y las conectan subterráneamente con las de otros grupos.
El fénec es un animal muy fácil de domesticar, que se acostumbra fácilmente a vivir con humanos, lo que lo ha convertido en un producto para turistas y para las clases acomodadas. Si bien no está en peligro de extinción ni nada parecido, es considerado una especie rara y se ha prohibido tenerlos como mascota.
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