Las inundaciones que afectan al estado de Río de Janeiro han provocado numerosos deslizamientos de tierra (aludes) han dejado a miles de personas damnificadas y un saldo que se estima en 335 muertos. La prensa local acusa a las autoridades de no haber tomado medidas preventivas en una región donde año a año se producen desmoronamientos, caen casas y mueren personas.
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Si bien las inundaciones son en el estado de Río de Janeiro, las principales ciudades afectadas son Petrópolis, donde han muerto unas 35 personas; Teresópolis, con unos 150 muertos; y Nueva Friburgo, donde también se registran cerca de 150 fallecidos.
En estas tres ciudades la mayoría de los barrios están inundados en lodo, con sectores completos incomunicados e inaccesibles. Los gimnasios y escuelas están transformados en albergues donde alojan familias enteras.
Las reacciones de las autoridades no se han hecho esperar. La presidenta Dilma Rousseff sobrevolará hoy el estado, mientras que el gobernador de Río de Janeiro volverá de sus vacaciones en el exterior, luego de haber pedido el envío urgente de socorristas, helicópteros y equipos de remoción de barro y escombros.
Los más de 1000 voluntarios de bomberos y rescatistas que trabajan en la zona afectada, la defensa civil, las alcaldías y los socorristas trabajan junto a la Marina de Guerra, que, anunció, construirá un hospital de campaña en Nueva Friburgo.
Los pronósticos de “tormentas dispersas”, con posibilidades de lluvia de un 60%, se mantendrán por lo menos durante una semana más en Río de Janeiro.
Ubicación en el mapa de Teresópolis, Petrópolis y Nueva Edimburgo – Ver en un mapa ampliado
