Uf, por primera vez me hace falta sonido para acompañar al post. Alguna banda sonora, o alguna canción que logre reflejar lo único y espectáculares que resultaron estos huevos. Definitivamente un completo acierto. ¡Imperdible!
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Decidí hacerlos a la rápida días atrás para que los niños comieran en la noche, pero nunca pensé que un plato así pudiese ingresar rápidamente a la lista de los top ten. Para hacerlo rápido, bien vale operar en tres carriles, en el primero tener el horno calentándose, por el segundo hacer seis huevos duros y, en el tercero, mientras todo lo anterior ocurre, preparar la salasa blanca.
Se derriten 50 gramos de mantequilla y se le agregan 50 gramos de harina, cocinando todo por tres minutos. Luego se suma medio litro de leche hirviendo procurando revolver siempre con un batidor de alambre para que no quede ningún grumo, cuando esté suave, mantenerla en el fuego por 10 minutos. Se sazona con sal y pimienta y se agrega mostaza dijon a gusto, 100 gramos de queso suizo rallado, los huevos duros partidos en cuatro, medio kilo de camarones cocidos y 1/4 de taza de jerez.
Se pone todo en una fuente baja, se cubre todo con 30 gramos de más queso suizo rallado y se gratina en el horno bien caliente. Después de no más de 15 minutos de trabajo tendrán el plato más sabroso y contundente de la historia, o casi. La única alternativa es devorarlo.