En este afán por conseguir todo orgánico, esperé y esperé por la pulpa de lúcuma que hace una amiga en su parcela de La Ligua. ella y su esposo australiano cultivan paltas orgánicas de exportación y tienes estos lucumeros con los que ella hace una pulpa increíble.
Suave, dulce, cremosa. Quedó demasiado rico! una bomba atómica, pero rico al fin y al cabo.
Ni les cuento los helados que hemos hecho, pero me falló, se fue de viaje y ahí me quedé esperando. Obligada tuve que recurrir a la pulpa de lúcuma del supermercado. Mala cosa pero es lo que hay. Lo primero que les aviso es que el postre tiene que estar 2 horas en el congelador, para que calculen bien sus tiempos.
Se parte por batir 250 grs de mantequilla sin sal con una taza de azúcar flor. Yo lo hice temprano y tipo 12 de la mñana me percaté que estaba durísimo, que ninguna cuchara lo penetraría nunca, por lo que decidí sacarlo una hora antes de servirlo para evitar malos ratos y resultó perfecto. Aparte se hace un merengue con las cuatro claras que quedaron y un almíbar de pelo con 1 taza de azúcar granulada. Aquí empezaron los conflictos una vez más. El merengue se le pone arriba del postre, decorando muy bien con un tenedor, antes de servir.
Como no quería hacer merengue a última hora lo preparé y lo guarde en el refri esperando el momento justo. Cuando lo voy a separar el almíbar, supongo, se había separado y un líquido amarillento estaba por debajo del merengue. Con angustia le puse el batidor a toda velocidad y lo recuperé perfectamente, pero parece que me equivoqué. Según mi hermana, al hacer el merengue la primera vez, debía batir hasta que estuviese completamente frío para evitar esta separación, puede ser.
Para ser honestos con ustedes, yo comí solo un poquito, la cata de rigor, quedó realmente rico, el resto lo cuchareó sin complejos. Ojos que no ven…