Potlatch es el nombre de una ceremonia practicada por los pueblos indios de la costa del Pacífico en el noroeste de Norteamérica, tanto en los Estados Unidos como en Canadá: Haida, Tlingit, Tsimshian, Salish, Nuu-chah-nulth, y Kwakiutl son algunos de ellos.
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La ceremonia era una fiesta ofrecida por un hombre o familia rica y en donde festejaba su propia riqueza dando un gran banquete y distribuyendo regalos a los invitados, a veces hasta el punto de la bancarrota propia o tribal. Era normal el regalo de canoas, joyería, mantas, comida en elaboradas cajas decoradas, hachas, cuchillos, harina, clavos, cubertería o máquinas de coser, pero también se entregaban regalos espirituales o simbólicos como canciones o danzas. En algunos pueblos, la preparación de un potlatch y la acumulación de comida y presentes duraba años.
Según los antropólogos, el principal propósito del potlach era la redistribución y reciprocidad del bienestar y los buenos deseos. El estatus de una familia era medido no por sus pertenencias o por la posesión de bienes, sino por el contrario, por lo que era capaz de desprenderse, de compartir. El anfitrión demostraba su nobleza y estirpe con regalos.
Pero el Potlach fué declarado ilegal en 1885 en Canada y años más tarde en USA, por presiones de grupos misioneros y del gobierno, quienes veían en esta práctica una costumbre inútil, improductiva y contraria a los valores civilizados. El misionero William Duncan escribió en 1875 que el Potlach era por lejos, el más poderoso de todos los obstaculos en el camino de la cristianización y civilización indígena.